PRONUS lo hace de nuevo y en esta ocasión nos llevó a una divertida experiencia de inmersión en la cultura a través de Apokalypsi, la feria que logró articular el arte, la ciencia y la tecnología para desafiar los límites de nuestra imaginación y hacernos interactuar usando todos nuestros sentidos.

“Es una feria de arte y ciencia ―nos comenta Pablo Maya Ortega, curador de Apokalypsi― dirigida a toda la familia y que se realizó en el marco de la FILEY, para dar a los visitantes experiencias inmersivas, interactivas y de realidad virtual, relacionadas con el arte y la ciencia”. 

El marco de la FILEY, con su mensaje de este año “Leer con todos los sentidos”, fue el escenario ideal para abrir nuestros sentidos a través de Apokalypsi, donde pudimos escuchar, ver, tocar e interactuar a través de las grandes experiencias que nos presentó la feria: arte inmersivo, con la obra del pintor Gustav Klimt; InMoov, con el primer robot impreso en 3D de código abierto; la exposición de arte lumínico por FiluxLab; la experiencia en realidad virtual en el espacio, generada con tecnología de Meta Quest y de la NASA; entre muchas otras.

Expectativas superadas

Durante la semana de la feria, se recibieron más de 22 mil visitantes en Apokalypsi, superando por mucho la expectativa y confirmando que el uso de experiencias sensoriales es una forma atractiva de atraer a la gente hacia el arte y la cultura. 

“PRONUS es una empresa que realiza eventos de prosperidad ―comenta Pablo― y en esta ocasión estamos muy agradecidos por el completo apoyo de la FILEY. Esta es la segunda edición del festival… y estamos seguros de que Apokalypsi llegó para quedarse”.

La obra de Klimt: un viaje al pasado a través de nuestros sentidos

Stefano Fake es el artista visual italiano, pionero en hacer experiencias inmersivas sobre artistas del pasado; desde el año 2012 ha generado interacciones digitales con obras y artistas emblemáticos. En esta ocasión trajo a México por primera vez la obra de Gustav Klimt, en una exposición que se estrenó hace unos meses en Alemania. 

“Es una pieza sobre un pintor del pasado ―nos explica Stefano―, una pieza sobre un artista que vivió en Viena a finales del siglo XIX, que revolucionó la estética de esa época”.  

La forma de acercarnos a la obra de Gustav Klimt, gracias al trabajo de Stefano, es lo que hizo tan exitosa esta presentación en la feria Apokalypsi. “Es como una sinfonía audiovisual ―habla Stefano con gran emoción―, en esta experiencia escuchamos la música que él escuchaba en ese momento: Beethoven, Franz Lear, Wagner, Mozart, todos compositores que habían trabajado para el emperador de Austria… es hacer un salto al pasado mientras ves su pintura, su evolución, su estilo. Lo digital nos permite realmente viajar a otro mundo y traer el pasado con una estética y un lenguaje contemporáneo”.  

“Stefano es de los pioneros en experiencias inmersivas y digitales ―nos comenta Pablo Maya― y esta experiencia sobre Gustav Klimt, el pintor de El beso, es una pieza que dura media hora y que nunca se había mostrado en México, se estrenó ahora en el país y es una increíble oportunidad de acercarse al trabajo de este famoso pintor.

“Me da mucha energía cuando ves a los niños escuchando aquí a Mozart, seguro nadie les pone Mozart a sus hijos en la radio de su casa. Aquí lo escuchan y les gusta, escuchan música sinfónica muy fuerte, con mucha energía, y están ahí, se paran de repente… Y luego vuelven a correr alrededor de alguna animación que hay en el piso.  Y eso creo que es lo que realmente me da fuerza a mí también como artista visual”, destacó Stefano.

Las experiencias inmersivas: el encuentro entre nuestras mitad real y digital

“Estas experiencias inmersivas son una manera de disfrutar el arte de una forma menos institucional, menos académica ―explica Stefano―. En un museo, en una sala, estás lejos del arte… aquí estás dentro. Es una sinestesia, mezclar los sentidos, mezclar la música, el oído, con las imágenes y tu presencia, porque es muy interesante que tú realmente percibes tu presencia dentro, como un actor, tú formas parte de la obra.  

Ves las proyecciones sobre tu cuerpo, juegas con las sombras, las percibe tu cuerpo. Es una mezcla del mundo material, del mundo del cuerpo, de la presencia física con el mundo digital, que es la tecnología que nos permite crear este espectáculo audiovisual. Es una forma muy contemporánea, como nuestra vida, donde tenemos una mitad digital y una mitad real. Es mezclar dos mundos que aparentemente son distintos, pero no lo son, están estrictamente conectados”.  

“Estas experiencias inmersivas son una manera de disfrutar el arte de una forma menos institucional, menos académica. En un museo, en una sala, estás lejos del arte… aquí estás dentro”. Stefano Fake

Realidad virtual: viajando por el espacio a través de la tecnología 

Otra de las experiencias más impactantes ―y más deseadas por el público que formó largas filas para disfrutarla― fueron los visores de realidad aumentada de los Space Explorers, con la producción más grande jamás filmada en el espacio y que nos permitió unirnos a los astronautas en sus misiones a bordo de la Estación Espacial Internacional.

“Se trata de dos experiencias de la NASA ―nos explica José Llehi Sol―, la primera es un recorrido alrededor del planeta Tierra; la segunda es una caminata en la Estación Espacial Internacional. Para ello usamos Meta Quest y es parte de un ejercicio en coordinación con la NASA, que colocó una cámara de 360 grados especialmente hecha para trabajar en el espacio, y filmaron estas experiencias. Se trata de algo que sólo se puede apreciar aquí en Apokalysi, porque no está disponible en ninguna tienda.

Es muy bonito ver cómo los niños se maravillan y se emocionan experimentando que están en el espacio, viendo el planeta, sintiéndose astronautas”. 

Arte y experiencias 

“También se presentaron en la feria piezas muy interesantes del Museo de la Luz ―nos cuenta Pablo Maya―, con uso de tecnologías muy innovadoras; así como muestras de FILUX, el laboratorio de luz que presentó cuatro piezas increíbles, incluyendo una que hace honor a los artesanos que trabajan con la madera. También se presentó una pieza lumínica al interior de una caja negra, donde todos salimos asombrados; una pieza que gustó mucho fue sobre los colores RGB: azul, rojo y amarillo; hubo un homenaje al Popol Vuh; en fin, se presentó un poco de todo”. 

Los mexicanos, un público al que le gusta la cultura

“Estuve haciendo una experiencia inmersiva en el año 2018, en el MUNAL, en la Ciudad de México ―nos cuenta Stefano―. Fue mi primera experiencia en este país, se trató de una edición sobre Caravaggio y otros pintores caravaggistas, es decir, con el estilo que él inventó. ¡Fue algo excepcional!  

En México a la gente le gusta la cultura, las familias lo disfrutan, hay grupos de amigos que se mueven juntos, eso me gusta, hay mucha energía. Estas experiencias inmersivas, como están en un formato nuevo y tienen éxito, representan una buena oportunidad para los estudiantes de arte de aquí, para dar a conocer el pasado increíble de los mayas y todo lo que hay en Yucatán. Traerlo en esa forma digital, más atractiva, es un poquito como estar en un cuarto y vivir una experiencia sensorial… es algo interesante para las nuevas generaciones de artistas de aquí”.