Roberto Abraham: los dos motores que lo han hecho dedicar su vida al arte, a la música y a la cultura.
He tenido dos grandes motores en mi vida, en lo relacionado al arte y la cultura.
El primero, mi familia. Me dediqué a la música gracias a mi abuela, Anita, que desde que yo tenía 7 años me enseñó a tocar el piano. Ella tocaba el piano y el acordeón, mi abuelo tocaba el violín. Gracias a ella, empecé a tomar clases de piano con el apoyo de mis papás.
Mi segundo gran motor se dio porque tuve la oportunidad de vivir y absorber mucho de la cultura de Viena cuando estuve viviendo ahí a los 19 años. En esa época la ciudad estaba abandonada, sin dinero, a oscuras, semidestruida. Pude constatar cómo fueron renovando y restaurando edificio tras edificio. La vocación de la gente de Viena de reconstruir y restaurar su ciudad tras los rezagos económicos de la guerra, ese amor por rescatar el arte, el patrimonio y la arquitectura de Viena, fue un motor para mi vida, y yo he tratado de hacer lo mismo en mi ciudad. En Mérida, en esa época, se habían destruido varias casonas en paseo de Montejo, se destruyeron construcciones coloniales del centro histórico, fue una etapa de los años 70 a los 90 de anticultura.
Desde entonces, considero que cultura y arte van de la mano. Por eso me reconozco un apasionado de la cultura y del arte a nivel mundial, y he recorrido los principales museos de Europa, tratando de desarrollar la cultura y el arte en todos los aspectos de mi vida.
Formación integral: persona, artista, empresario
Me considero una persona auténtica, con capacidad para la música y el estudio místico, así como para el desarrollo de conciencia. Al mismo tiempo, tengo formación de empresario, he estado en industria, en comercio, en radio y televisión, y ahora estoy en el sector inmobiliario. Estas son las cuatro áreas importantes en las que he estado involucrado desde el sector empresarial.
En cuanto a mi formación musical, tuve mucha suerte porque pude hacer composiciones desde los 15 años, me tocaron de maestros Flora Inés Rubio y José Rubio Milán, dos de los últimos grandes maestros que había en Yucatán. A los 19 años, tuve la oportunidad de ir a Viena a estudiar con la maestra privada Trinidad Sánchez, quien me preparó para el conservatorio de Viena. Pasé el examen. Hice un semestre en el conservatorio, pero regresé para continuar mi carrera de contador público en Yucatán.
También tuve la oportunidad de ser aceptado en los cursos de maestría de piano del Mozarteum de Salzburgo y tomé dos cursos internacionales de verano. Tuve muy buenos maestros, en Viena, Trini Sánchez, don Salvador Neira; en Salzburgo, el maestro italiano Carlo Zcechi y la maestra rusa Tatiana Nikolajeva. En 1980 estuve en el Berklee College of Music de Boston, con el maestro italiano de piano Emmanuel Zambelli, estudiando música moderna con especialización en jazz. En 1984, estuve un segundo año en Viena, con maestros como la brasileña– austriaca María Regina Seidlhofer y nuevamente Salvador Neira.
Producción musical
Aunque no me dediqué a la música profesionalmente, tuve procesos formativos muy importantes que me ayudaron. El balance de aprender fórmulas modernas de armonías, por un lado, y clásica de piano por otro, me ha servido mucho. Formalmente, he hecho dos álbumes. Uno de 22 invenciones para piano, y uno de 15 obras para guitarra y flauta, con arreglos del Osian Duo de Italia. Este fue el inicio profesional de presentar en concierto álbumes con mis obras y difundirlas a través de los diversos medios electrónicos.
Hice un gran número de composiciones que tuve guardadas en el baúl de la vida hasta el año 2014, cuando tuve un encuentro con una orquesta de Viena en Mérida, Valsassina, que en agradecimiento por un apoyo que les otorgué para un concierto, hicieron tres conciertos en mi casa y hacienda, y se llevaron tres obras mías de piano, hicieron arreglos para orquesta de cuerdas y presentaron mi música con honores en premier mundial, en el Teatro Imperial del Palacio Schönbrunn en Viena. Con estos sucesos, decidí regresar a la música, por el llamado de Viena.
En un contexto de crisis sanitaria, económica y social, ¿por qué invertir en la cultura?
Este es un dilema de toda la vida. Si no hay salud, alimento y vestido, a la gente no le va a interesar la cultura. Pero se trata de no hacer exclusivo uno u otro, ese es el error que cometemos. Primero hay que resolver las necesidades básicas, ese es el primer paso, pero que no se olviden que hay un segundo paso, que es promover la cultura.
La cultura no solamente es gozo y contemplación, tiene muchas repercusiones en la formación de la personalidad individual, en el sentido de pertenencia a la comunidad, en la integración social, personal y emocional. La cultura despierta la conciencia y te permite acceder a niveles más elevados; por ello tiene todo un entramado de beneficios para la sociedad.
La cultura es una base de la conciencia, de la educación y del espíritu humano. Por eso, aunque haya crisis económica, social y sanitaria, siempre debe haber un espacio para la cultura. Además, no toda la cultura es costosa, y si se aplica cultura a la ciudad y su infraestructura, la ciudad permite un mejor nivel de vida para la población.
La revista Escena: un instrumento adecuado para difundir la cultura
Una revista cultural permite plasmar información de manera accesible a muchas personas, especialmente a los jóvenes y a las nuevas generaciones. Es una manera de actualizar los canales de la cultura y acceder a nuevos públicos.
También, buscamos que Escena se vuelva un referente para los extranjeros que, a través de la revista, puedan tener la información actualizada sobre lo que está pasando en Mérida en materia cultural, pues muchas veces la información de los eventos locales no permea correctamente ni al público local, ni al turista o visitante, como sucede en otras ciudades del mundo.
La falta de recursos económicos, el principal reto que enfrenta la cultura en Yucatán
El principal reto hoy, es la economía. Antes, en los 80, había otros retos, como la falta de interés y de capacidades técnicas en Yucatán. Pero hoy, estoy sorprendido de la capacidad artística y musical que tienen la mayoría de los yucatecos, fuera de serie a nivel internacional. Con los programas de la SEDECULTA, es impresionante cómo se ha elevado el nivel de vida en las comisarías y ciudades del interior del estado. Es increíble ver cómo tienen talento, dotes y capacidad artística. Admiro la aptitud para el arte de los Yucatecos.
De los tres retos, entonces, nos faltan estrategias para atender uno; porque la capacidad ya está desarrollada y el interés es genuino. Los fondos son el gran reto, por ello seguimos gestionando recursos a nivel nacional e internacional, con empresas y con entidades públicas. Necesitamos fondos principalmente para SEDECULTA, para la Orquesta Sinfónica de Yucatán y para el Palacio de la Música, que requiere funcionar como el Centro Nacional de la Música Mexicana y lograr generar las sinergias internacionales para lo cual fue hecho.
La Orquesta Sinfónica: un ícono estatal a nivel internacional
La OSY es un indicador válido cuando se califica la inversión en una entidad. Cuando vienen grandes empresas evalúan la capacidad técnica, el clima, la ubicación geográfica, los beneficios culturales, de servicios médicos y educativos. Tener una sinfónica es un gran indicador que te pone en el mapa de las grandes ciudades culturales. Es muy importante que luchemos para preservar la sinfónica, y por ello hacemos esfuerzos para apoyar a la OSY.
El gran revés para Yucatán en la cultura: el mal proyecto del museo maya
Ahora, el principal problema económico que tiene el despegue de la cultura en Yucatán es el fallido Gran Museo del Mundo Maya, porque nos cuesta más de 250 millones de pesos anuales a través de un compromiso de deuda de más de 20 años. Ese proyecto mal hecho nos ha hipotecado el futuro de la cultura de Yucatán por 21 años. Es un legado muy triste para la historia de la cultura de Yucatán.
Lo que muchos no saben es que cuando era presidente del Patronato del Instituto de Cultura, hicimos la propuesta al Patronato CULTUR de que se hiciera un museo maya en donde ahora se encuentra el actual. En ese entonces sólo estaba planeado hacer uno en las afueras de Chichén, pero nosotros consideramos que Mérida requería más atractivos turísticos para lograr una noche más de pernocta. Desgraciadamente, no se hizo la propuesta original que nosotros presentamos, que incluía hacer un arco maya moderno, al estilo del Soumaya y del Guggenheim de Bilbao, y que fuera un ícono de Mérida. Se hizo un proyecto totalmente diferente, en el cual no fuimos incluidos ni consultados.
Sin embargo, nos ha dado un gran gusto saber que fue nuestra propuesta la que originó que se hiciera un museo de esta naturaleza en Mérida, en el lugar que nosotros designamos. Desgraciadamente, una idea nuestra que fue mal implementada, se ha vuelto un ícono negativo de la ciudad, ojalá hubieran hecho nuestro proyecto. Cuando se hacen las cosas por otros motivos, que no sean por el beneficio del arte, la cultura y la ciudad, las cosas no salen bien.
Cultura Yucatán A.C., un esfuerzo de empresarios amigos de la cultura
Desde los años 80 fui invitado a formar parte del Consejo del Instituto de Cultura, y en el año 2008 la entonces gobernadora Ivonne Ortega me invitó a ser presidente del patronato de dicho instituto. Entonces, comenzamos a sumar esfuerzos con un grupo de diez amigos empresarios amantes de la cultura, y formamos el patronato.
Con estos antecedentes, este grupo de diez empresarios amigos de la cultura conformamos la asociación civil Cultura Yucatán, que se constituyó formalmente en el año 2010. Desde entonces, y durante los últimos 12 años, hemos hecho varias propuestas a diversas administraciones del gobierno estatal y municipal de Mérida, y más de 20 proyectos culturales y sociales.
Fuimos los primeros en conseguir fondos para un teatro en Progreso y logramos que el Congreso etiquetara los primeros 10 millones de pesos. Desgraciadamente, por normativas, el Ayuntamiento de Progreso no pudo recibir esos fondos; pero para nosotros fue un éxito por el cabildeo personal que hicimos con los presidentes de los partidos para gestionar estos recursos en el Congreso de la Unión. También, fuimos los primeros en solicitar por escrito al Congreso de la Unión, fondos para la iluminación de la Catedral de Mérida.
En las últimas grandes intervenciones estuvieron las gestiones para no vender los terrenos del antiguo Congreso del Estado, y erigir en ese lugar un proyecto cultural. Gracias a esta intervención de Cultura Yucatán A.C., el entonces gobernador Rolando Zapata aceptó nuestra propuesta y existe hoy el Palacio de la Música, que es un edificio fantástico, con un museo interactivo de clase mundial y una sala de conciertos con acústica increíble; además de que, al tratarse de un proyecto mixto entre gobierno estatal y federal, el edificio es la sede también del Centro Nacional de la Música Mexicana. Este proyecto se ha visto afectado por austeridad y por las limitaciones derivadas de la pandemia, pero a partir de este año 2022 se podrá hacer un lanzamiento nacional e internacional del proyecto. Se trata de un recinto que se está convirtiendo en un ícono local para Mérida a nivel cultural.
Otro de los proyectos presentados es una iniciativa para nivelar las calles aledañas al Parque de la Madre y al Parque Hidalgo, junto con el corredor del Callejón del Congreso y el Palacio de la Música. Se trata de una propuesta para que las aceras queden a nivel de calle y conformar así una plaza cultural, como existen muchas plazas de las capitales europeas, sin afectar el flujo vehicular. Así, no tienes la sensación de caminar entre calles y aceras, sino en un espacio público que podría llamarse Plaza Mérida, o Plaza Tercera Orden.
Otras propuestas nuestras han sido: rescatar el espacio del excongresito para volverlo un salón de exposiciones; realizar un museo subterráneo de Mérida con los basamentos que siguen debajo de la catedral, tomando como idea el museo de restos romanos del centro de Viena; restaurar y hacer un circuito de los arcos originales del centro histórico, con una casa del museo de los arcos; y más de 20 proyectos presentados a las autoridades. Esta es la aportación de Cultura Yucatán A.C.
¿Qué recomendación le daría a los jóvenes y a las nuevas generaciones que quieren dedicarse al arte y la cultura?
Lo primero que les diría es que sí vale la pena tener un elemento cultural, es muy importante porque nos fortalece en lo personal y como sociedad. También les diría que no tengan miedo, siempre nos sentimos subvaluados y no nos sentimos aptos de competir a nivel internacional, eso es parte del aislamiento que tuvo muchos años Yucatán en relación al resto del mundo. Pero les quiero decir que los yucatecos que salimos estamos triunfando en todos lados, en Europa, Estados Unidos, y en todo el mundo. Yucatecos que están creando arte, están siendo exitosos, por el valor artístico tan especial que tienen los hijos de esta maravillosa y única tierra del Mayab. En los últimos días, fui invitado a presidir el Patronato del Festival de Música de Morelia; es un orgullo que un yucateco sea presidente del patronato de un evento tan importante y trascendente para la cultura musical de nuestro país, con más de treinta años de historia. Es un ejemplo de lo que podemos lograr.
En la esencia del yucateco tenemos toda la capacidad a nivel internacional de ser exitosos en cualquier parte. ¡Sí se puede!