Self-Hybridations Mayas

ORLAN es una artista contemporánea francesa internacionalmente reconocida, que desde el inicio de su carrera en los años sesenta ha roto las reglas no escritas del arte contemporáneo, atreviéndose a denunciar a través de su arte temas de toda índole, especialmente feministas. Gran parte de su arte se expresa en contra de las presiones ejercidas sobre el cuerpo humano. 

Desde la inauguración del Gran Museo del Mundo Maya de Mérida, en el 2012, imaginé traer a ORLAN a la ciudad para presentar una exposición de arte contemporáneo que dialogara con la colección permanente del museo. Esta exposición es hoy una realidad y fue inaugurada el 10 de diciembre de 2022. 

En entrevista exclusiva, ORLAN nos comparte lo que hay detrás de su arte y de la serie Self-Hybridations Mayas, especialmente concebida y creada bajo una invitación mía, para la exposición Hibridaciones en el Gran Museo del Mundo Maya de Mérida. 

Te conozco desde hace varias décadas, he tenido el privilegio de presentar obras tuyas en diversas manifestaciones culturales que he organizado en Francia y en otros lugares. Para los lectores de la revista Escena, platícanos, ¿quién es ORLAN?

Mi nombre es ORLAN, entre otros y tantos como sea posible. Y mi nombre se escribe completamente en mayúsculas porque no quiero someterme a las reglas, ni que me inscriban en una línea. Soy una artista que no quiere estar sujeta a un material, a una práctica artística, a una manera de decir las cosas, a una técnica o a una tecnología, ya sea antigua o moderna. 

Trato de decir las cosas importantes de mi época interrogando siempre los fenómenos de la sociedad con una distancia crítica. Trabajo sobre el estatus del cuerpo en la sociedad a través de todas las formas de presión que sufre, en particular el de las mujeres, ya sean de índole cultural, tradicional, religiosa o política.

Tus series Self-Hybridations iniciaron en los años noventa y han abarcado culturas diversas como las precolombinas, africanas, amerindias y asiáticas. ¿Qué objetivo persigues al realizarlas?

Las autohibridaciones se inscriben en la continuidad de mi obra, que se puede leer en tres partes: antes, durante y después de las operaciones quirúrgicas. En todas, denuncio las presiones sociales que se infringen en el cuerpo y en la apariencia. En ellas muestro lo absurdo de los criterios estéticos, que pueden ser opuestos según la época o la civilización en la que vivimos. La imagen del cuerpo ideal se vuelve completamente abstracta e irónica. De esta manera, creo otra propuesta, otro modelo de belleza, alejado del etnocentrismo. 

Estas hibridaciones están relacionadas con las operaciones quirúrgicas que te realizaste entre los años 1990 y 1993, en una serie de performances titulada La réincarnation de Sainte-ORLAN. 

Es correcto. Estas operaciones estaban perfectamente planeadas, dirigidas y controladas por mí misma. Mi objetivo era hacer precisamente lo contrario a lo que normalmente se hace en una operación estética, que se realiza en la búsqueda de la belleza. Yo quise más bien añadirme fealdad, monstruosidad, quería volverme indeseable. Por esta razón, me puse implantes que normalmente están concebidos para realzar los pómulos. En lugar de implantarlos en donde deben ir, me los coloqué a los lados de la frente, como dos protuberancias. Debido a ello, fui duramente criticada los primeros años. Pero de forma irónica, al pasar de las décadas, estas protuberancias que debían ser monstruosas, se convirtieron en órganos de seducción. Ahora la gente me dice “¡qué bella!”, como me dijo una señora maya al verme entrar al primer restaurante yucateco donde comí. 

¿Cómo fue para ti el acercamiento a la cultura maya al realizar la nueva serie Self-Hybridations Mayas?

La civilización maya siempre me ha interesado. Particularmente porque conlleva mucho misterio. Me impactó la diferencia de información entre la que existía en los años noventa y la que hay disponible hoy día, mucho más completa. Gracias a esta invitación tuya, pude cumplir mi sueño de entrar de alguna manera en las estatuas mayas, estatuas que fueron hechas por artistas vivos, que querían decir algo de la mejor manera que podían. Mi objetivo es dar a estas esculturas de piedra o de barro una nueva vida y un nuevo cuerpo y, a través de la asociación, hacer coexistir tiempos diferentes, hasta lograr dialogar con estos artistas del pasado. 

¿Cuál es tu proceso para realizar las hibridaciones digitales?

Primero que nada selecciono una fotografía de una estatua por la cual me siento atraída. Después me fotografío a mí misma en la misma posición en la que está el personaje en la escultura. En ese momento pienso en cuál podría haber sido la vida y las acciones de ese personaje, trato de “meterme en su piel”. La fase siguiente es la digital, en la cual mediante programas de procesamiento de imágenes, fusiono la estatua conmigo misma, para crear un ser mutante, que es parte material inerte y parte humano. Por esta razón, las Self-Hybridations Mayas tienen la textura de la piedra o el barro mezclada con la textura de mi piel. Los fondos de estas imágenes son todos negros, el negro aquí representa la noche de los tiempos, el resurgir a la vida de estas esculturas desde un pasado lejano. Aquí, me permito agradecerte por haber puesto las paredes negras para que mis imágenes salgan de la obscuridad total. 

¿Cuál es tu mensaje para el público que visitará la exposición Hibridaciones en el Gran Museo del Mundo Maya?

Les aconsejaría mirar las obras más allá de lo que ven sus ojos. Espero que esta serie abra la visión del público para salir de sí mismos, buscando el conocimiento y la comprensión del otro. Estén atentos a las diferencias que pueden existir entre todos, para entendernos mejor y volvernos aliados. Nada es seguro más que nuestra voluntad de construir un enriquecimiento global del ser humano. Miremos y conservemos lo positivo, lo que nos une. Estoy verdaderamente feliz de este encuentro mío con los mayas.

«Mi objetivo es dar a estas esculturas de piedra o de barro una nueva vida y un nuevo cuerpo y, a través de la asociación, hacer coexistir tiempos diferentes, hasta lograr dialogar con estos artistas del pasado». -ORLAN