La visión de Víctor Argáez
El pintor y muralista Víctor Manuel Argáez Sánchez nace en diciembre de 1962, en Buctzotz, en donde actualmente radica. Define su obra como principalmente de caballete. En esta entrevista nos platica de su obra y de su sentir artístico.
Los mayas, la mujer y la naturaleza: la esencia detrás de mi obra
Mi pintura de caballete habla de la visión universal de los mayas, como son los elementos naturales: el fuego, el aire, el agua, la tierra, el sol. El vivir en un pueblo me ha dado una visión entrecortada, donde he podido ver a los personajes del estado que nunca dejan de trabajar, entre ellos hombres de campo, mujeres en su quehacer, niños, etc.
Mi temática es perdidiza o semiabstracta. Los elementos mestizos se van ocultando a través de los verdes, violetas, rojos, naranjas y amarillos, que es toda la cuestión de luces y sombras que existen en la vegetación. Por fortuna vivo en un pueblo conformado un 80% de vegetación, lo que me permite observar las salidas del sol, el intenso sol del mediodía y las puestas del sol. También vivo cerca del mar, a unos 20 kilómetros, donde observo los azules, los vientos, las aves, el trabajo de los pescadores. Esta es una temática a la que constantemente acudo.
Mi obra también refleja mucho el trabajo de la mujer. La imagen primera que tenemos todos es de nuestra madre; en mi obra se refleja mi admiración por mi propia madre y por su trabajo extraordinario.
Me reinicio todos los días, esto me da vigor y ánimo para levantarme y trabajar diariamente. En el arte hay que leer, dibujar, proyectar y experimentar. Después, aunque parezca irónico, hay que deshacernos de las formas. Al final, el pensamiento permanece al igual que las obras de arte, mientras que los estilos definidos van cambiando. Por eso, todas las mañanas intento romperme a mí mismo y reconstruirme.
Los colores, entes vivos
Todos tenemos una esencia, pero no todos la podemos transmitir. Al vacacionar, por ejemplo, todos sentimos el aire, el sabor del sol, lo agradable de la convivencia con la familia o los amigos. A través del arte podemos descubrir que los mundos que buscamos en vacaciones los tenemos todos los días en el universo de los colores. Para mí, los colores están vivos, ejercen una gran influencia en el comportamiento humano.
El arte es como el sol, es un poderoso atractivo interno en el ser humano y hay que buscarlo, hay que estar cerca de él y entenderlo. No se trata de replicar lo que se ha hecho porque se haya hecho bien, lo que tenemos que hacer es transmitir lo que nosotros sentimos y dárselo a conocer a los demás. El artista tiene la virtud de introducirse al espíritu del pueblo.
Llevo más de 30 años de trayectoria… pero siento que empecé ayer
No hay un momento específico en el que decido ser artista. Al arte lo llegas a querer y amar, lo quieres descubrir, entender, expresar… si eres o no un artista lo definen otras personas. Yo soy un afortunado de poder jugar con el arte y de que el público disfrute de esto.
Se puede decir que tengo más de mil obras en mi trayectoria, tal vez dos mil. Me considero un pintor que hasta el día de hoy se siente inagotable ―en el buen sentido de la palabra― porque todos los días desde el amanecer estoy pintando, creando, soñando, estructurando y experimentando, lo cual es parte fundamental de mi obra. Esto me ha permitido dar a conocer a la comunidad los logros del día a día, que por fortuna, ha aceptado conocerlos.
Como curiosidad, quiero mencionar que una de mis piezas la compró el maestro Armando Manzanero, quien se la regaló a Luis Miguel, si no me equivoco ahora debe de estar en su casa en Acapulco.
Los famosos murales de gran formato
Desde hace más de 20 años realizo murales para varias organizaciones, tanto ayuntamientos y gobierno, como instituciones privadas y universidades, como la Universidad Autónoma de Yucatán. Entre los más conocidos están el mural de la Facultad de Contaduría y Administración de la UADY (FCA), de 7 por 12 metros de largo; el mural del Tecnológico de Mérida, de 22 por 6 metros; y el de la Universidad Tecnológica Metropolitana. También hay murales en la UNID, el Centro Cultural Carlos Acereto, el municipio de Tizimín, entre otros.
«Mi pintura de caballete habla de la visión universal de los mayas, como son los elementos naturales: el fuego, el aire, el agua, la tierra, el sol».
En todos estos murales tuve que trabajar para encontrar al personaje que me representase. A final de cuentas, ese hombre es mi reflejo, es la batalla que yo hubiera librado si fuese un campesino, es quien provee los alimentos, es el personaje que todos buscan que lo distinga en su trabajo.
¿Dónde encontrar mis obras?
En este momento tengo un espacio en el Pasaje Picheta, en el Centro Histórico, en la galería de Arte 1010. Mi obra está constantemente en exhibición en ese espacio.
Otro espacio es el Centro Cultural Argáez, en Buctzotz, que es un centro cultural creado en 1993 ―hace casi 30 años― donde pueden encontrar cuando menos 25 piezas en exhibición y donde están invitados a visitarme los sábados o domingos por la mañana, para tomarnos un café y charlar rodeados de obras de arte.
Actualmente estoy organizando una exposición de dibujos, tanto recientes como dibujos de hace más de 20 años, que hablan sobre cómo encontré los personajes para los murales de las universidades.
