El Festival del Alma Peninsular “Páayt’aan cumplió con los objetivos esperados en su tercera edición, al desarrollarse las diversas actividades que permitieron vivir una experiencia única en una de las ciudades donde se preservan espacios sagrados y construcciones de nuestros antepasados que se convirtieron en una ventana hacia nuestros orígenes.
La música nutrió el alma de los asistentes quienes presenciaron diversos eventos con la presencia de artistas de gran trayectoria y de múltiples nacionalidades.
Diversas exposiciones nos hicieron viajar a través del tiempo para conocer nuestros orígenes, el universo. Una casa maya construida en el ex cinema Leonor nos reconectó con nuestra historia y cosmovisión originaria. Quienes viven en Yucatán y quienes nos visitaron pudieron conocer el verdadero sentido y el significado de esta construcción.
Talleres de dibujo, cuentos y cantos para la niñez, así como talleres de bordado en punto de cruz y múltiples experiencias con la música de diferentes géneros, permitieron a los visitantes y habitantes de la tierra de Zamná la transmisión de conocimientos para nutrir el alma.
Los conversatorios se convirtieron en el espacio idóneo para compartir la palabra, el conocimiento y sobre todo el intercambio de saberes. En estos foros se abordaron diversos temas con las ponencias de representantes del sector empresarial, académico y profesional. Fue un espacio abierto para todos. Quienes escucharon, preguntaron y compartieron momentos llenos de información.
En la plaza Zamná de la ciudad de las tres culturas, fluyeron las energías positivas con la presentación de artistas y grupos que deleitaron con su música y presentaciones de baile regional, donde se fomentó la convivencia entre los que habitan esta importante y emblemática ciudad con los visitantes.
Las ceremonias de los Bacabs y del Cacao nos conectaron con nuestros ancestros. Quienes compartieron estas experiencias en los centros ceremoniales que forman parte de Izamal, fueron testigos de esta gran cultura que permanece en la ciudad amarilla. La ceiba sagrada ubicada en la plaza principal también fue testigo de este gran acontecimiento donde los caracoles sonaron para abrir y cerrar este gran festival que, sin duda, año con año busca mejorar e incluir a todos y todas en hermandad.
Gastón Melo Medina, comisario del Festival del Alma Peninsular, agradeció a todos los que se han sumado a esta importante iniciativa que ha permitido analizar y propiciar un diálogo enriquecedor.
A partir de ahora iniciarán los preparativos para la cuarta edición del festival del Alma Peninsular.
Festival del Alma Peninsular Páayt’aan 2024.