Desde 20 años antes de su llegada a Mérida en 2022, la maestra Yumiko Yoshioka ha dejado una huella profunda en las artes escénicas contemporáneas de México. Su trabajo no solo ha sido significativo en términos artísticos, sino que también ha promovido una conexión cultural que trasciende fronteras. En una conversación reciente con Diego Barjau y Déborah de la Cruz, (representantes de Gesta de la Sabana), Yumiko reflexionó sobre su trayectoria, el desarrollo del butoh en México y la importancia de la memoria cultural y social en el proceso creativo.
Un legado histórico
Diego recordó cómo, tras su segunda visita a Mérida, la periodista Cecilia Silveira tituló su nota del PorEsto!: “La Danza Misteriosa llega a Mérida”. Esta mención no solo destacaba la llegada de Yumiko, sino que también la subrayaba como una de las primeras artistas de segunda generación del butoh en el país. Diego recuerda cómo en ese año 2022, Yumiko enfatizó que sus esfuerzos no debían limitarse a la producción de obras o talleres, sino que era crucial establecer una continuidad en la gestión y agencia cultural. Esto sentó las bases para el Proyecto Temporada de Danzas Misteriosas, que se inició en 2023 con la visita de Ken Mai y Juan Antonio Suinaga a Yucatán, así como con la colaboración del Centro de Artes Vivas Iin Ki Kalante.
Este año, Gesta de la Sabana y Yumiko decidieron llevar el proyecto a Campeche, un estado que, aunque más pequeño en población que los otros estados del circuito de giras de grupos y espacios independientes del sureste, es rico en historia, territorio y cultura. «San Francisco de Campeche es una ciudad muy bonita y con mucha historia», señaló Diego. La elección del lugar no fue casual: además de ser un sitio sugerente poéticamente como ciudad, su ubicación central en el sureste mexicano facilita la conexión con otros estados que conforman el circuito de artes escénicas en la región.
Es importante visualizar cómo han habido otras grandes gestoras del butoh en México como Liliana Hernández, Lola Lince, Eugenia Vargas, Sandra Soto, Sakiko Yokoo, etc.; es fundamental distinguir en ese tenor del rizoma del butoh en México a Marina Vera y las labores de Cromos de la Niebla en estos 20 años de visitas de Yumiko Yoshioka a México.
La herencia cultural y la danza
La conversación giró hacia la riqueza cultural de Campeche, que alberga numerosas pirámides y sitios arqueológicos. Diego menciona que la memoria de los pueblos mayas está viva. Yumiko reitera la idea de explorar esta herencia cultural a través del butoh, que puede ofrecer un espacio para la reflexión y el diálogo.
«¿Hay muchas pirámides en Campeche?» preguntó Yumiko. «Sí, el territorio campechano está lleno de sitios arqueológicos, y los pueblos mayas siguen resistiendo», respondió Diego. Ambos coincidieron en que la danza tiene el poder de conectar a las personas con sus raíces, y el butoh puede ser un vehículo para explorar esta conexión en un contexto contemporáneo.
Un viaje por los extremos del territorio mexicano
Durante la conversación, Diego Barjau destacó la diversidad del territorio mexicano y las grandes diferencias entre las regiones. «El territorio que comprende México es muy diferente de un lugar a otro, ya no digamos solo estos polos de Mesoamérica», comentó Diego, refiriéndose a la rica variedad geográfica y cultural del país.
Por su parte, Yumiko Yoshioka recordó una de sus experiencias recientes en México: «Xochicalco es muy impresionante, lo visité hace poco con JAS (Juan Antonio Suinaga, organizador de actividades en Cuernavaca, Morelos)». A lo largo de sus más de dos décadas de trayectoria visitando el país, Yoshioka ha recorrido una amplia gama de destinos, lo que le ha permitido desarrollar una comprensión profunda y variada de México. Diego subrayó esta larga relación de Yumiko con el país mencionando los estados que ha visitado desde hace 20 años, como Tijuana, Guadalajara, Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí… y ahora, Campeche.
Esta vasta experiencia en diferentes estados del país no solo ha influido en el trabajo de Yoshioka, sino que también ha enriquecido los proyectos que ha impulsado en México, permitiendo un diálogo constante entre su arte escénico ritual contemporáneo y los contextos locales en los que se presenta.
El butoh y su evolución
Cecilia Silveira detonó el giro de la conversación hacia el desarrollo del butoh en México. Yumiko, Diego y Déborah discutieron cómo este arte, que ha evolucionado desde su creación en Japón, ha encontrado un espacio fértil en el contexto mexicano. Diego destacó que el interés por el butoh ha permitido un intercambio cultural significativo no solamente entre Japón y México. “Hay un imán hacia el butoh en México; la gente no solo está interesada en el arte como tal, sino también en el movimiento orgánico y otras formas de expresión que propone el taller de Yumiko”.
En este contexto, Yumiko compartió su experiencia de lectura de Al desaparecer van naciendo. La poética butoh de Natsu Nakajima, que le regaló Sakiko Yokoo, la artista y gestora radicada en Ciudad de México, productora editorial de la publicación. En él, encontró una crítica interesante sobre por qué el butoh es popular en México, vinculado a la historia colonial y los dolores compartidos de ambos países. «Hay muchas capas en la memoria del dolor, no solo en Japón, sino también en México», comentó Yumiko. Este reconocimiento de las heridas históricas y su resonancia en el cuerpo humano abre un espacio para una conexión profunda entre las culturas.
La importancia de la memoria
Yumiko enfatizó que el butoh no solo es un arte japonés, sino una celebración de la diversidad y la memoria compartida. “Es importante sentir nuestra memoria personal y ancestral; hay algo dentro de los mexicanos que puede motivar el acercamiento al butoh”, expresó, parafraseando a su vez el punto crítico del libro Al desaparecer van naciendo… Esta idea de la memoria, tanto personal como colectiva, se convierte en un hilo conductor en el trabajo de Yumiko, que busca explorar estas narrativas a través del movimiento.
Como parte del Proyecto Temporada Danzas Misteriosas 2024: Laboratorio de Inter-Acción Cultural en San Francisco de Campeche, se propuso realizar un ejercicio al final del taller llamado “Muros en despliegue”, que busca reflejar las múltiples capas de la historia. “¿Te parece sugerente ese título?” preguntó. Yumiko respondió afirmativamente, reconociendo que la historia de la violencia y las conquistas también forma parte de la herida que todos llevamos dentro. “No solo somos víctimas; también somos depredadores en la historia”, reflexionó Yumiko, resaltando la complejidad de la experiencia humana y recordando además de las bombas de Hiroshima y Nagasaki y los desastres de la guerra en su país de origen, las masacres efectuadas por el ejército japonés, como es el caso de Nanjing, China donde en la década de 1930 fueron asesinados más de 300,000 civiles.
La conversación cambió de tono cuando Déborah de la Cruz intervino para preguntar a Yumiko sobre su experiencia en México. «¿Qué tal te recibe México?», inquirió. Yumiko, con gratitud, respondió: «¡Muchas gracias por tu esfuerzo por el reconocimiento del Fondo de Amistad México-Japón! Me siento muy bien». A continuación, compartió detalles sobre su trabajo en México, incluyendo su reciente colaboración con la Compañía de la Universidad Veracruzana en Xalapa, bajo la dirección de Mario Espinosa.
“Este proyecto en Xalapa presenta un desafío fascinante. Tengo que crear una obra en una semana», dijo entre risas, mientras explicaba que cuenta con solo catorce días, con un breve descanso, para coordinar música, iluminación y dirigir a 21 actores con trayectorias y presencias diversas. La naturaleza rápida y exigente de este proceso, junto con la necesidad de planificar cuidadosamente cada detalle, constituye para ella un desafío estimulante: «Tengo que pensar muy bien cómo resolver, es un desafío muy interesante».
Laboratorio de Inter-Acción Cultural en Campeche
En el Laboratorio de Inter-Acción Cultural en Campeche, su principal actividad, el taller de «La Resonancia del Cuerpo» de Yumiko Yoshioka, se llevará a cabo del 18 al 21 de noviembre en el Centro Cultural El Claustro. Este taller no solo busca profundizar en la técnica del butoh, sino también en la conexión con la memoria cultural y la historia del lugar. A diferencia del proceso en Xalapa, donde Yumiko montó la obra Hazama (espacio entre dos espacios, en japonés) con la compañía de la Universidad Veracruzana con actores y actrices profesionales durante 14 días, el laboratorio en Campeche tendrá un enfoque intensivo de cuatro días, y el resultado será más como una muestra de proceso, no un montaje, lo que representa un desafío distinto.
El 21 de noviembre, se presentará una muestra de proceso titulada «Muros en despliegue» en la Plaza de la República, que reflejará el trabajo realizado durante el taller. Además, habrá un conversatorio entre los participantes del taller y el público, seguido de la presentación de la obra 100 años luz de soledad en el Teatro Juan de la Cabada, solo de la Maestra Yoshioka. Gesta de la Sabana destaca el apoyo tanto del titular Esteban Hinojosa como del coordinador de teatro de dicha dependencia, el maestro Adrián Cu, así como del equipo de Cultura Campeche como principales anfitriones de esta nueva edición de su línea de trabajo Proyecto Danzas Misteriosas, ya que sin su apoyo difícilmente se podría pensar en gestiones de esta naturaleza de riesgo y singularidad.
Yumiko destacó que su experiencia en el Festival BIG (Butoh International Gathering) en Alemania —donde trabajó durante cuatro días con 33 participantes para crear una presentación de 25 minutos— así como otras muchas experiencias, la han preparado para Campeche. «En Alemania, el estrés era menor que en Xalapa, ya que aunque eran muchos menos días, todos sabían que era una muestra del taller intensivo y no un montaje», comentó. Sin embargo, la libertad creativa y la diversidad de enfoques que ofreció ese encuentro internacional enriquecieron su perspectiva.
Un puente internacional: el taller en La Habana
Para culminar su gira, Diego anunció que, con el respaldo institucional de la UNAM en Cuba, se llevará a cabo un taller en la Universidad de las Artes (ISA) en La Habana, los días 4 y 5 de diciembre. Yumiko compartió su entusiasmo por regresar a Cuba, donde no ha estado desde los años 90. “Me encanta bailar y aprender sobre sus ritmos”, dijo al recordar con nostalgia cuando aprendía salsa y guaguancó.
Déborah de la Cruz, quien ha trabajado en el intercambio cultural con Cuba a través de proyectos de artes escénicas y performativas, enfatizó que esta visita representa una oportunidad significativa tanto para las gestiones de Yumiko como para los posibles participantes del taller. Diego añadió que, tras la pandemia, el taller simboliza un aire fresco para el intercambio cultural entre México y Cuba a través del butoh, y celebra el reconocimiento de Japón a la trayectoria de Yumiko Yoshioka y del “movimiento artístico” a partir de la diplomacia cultural con México.
Las danzas misteriosas
A medida que se acerca la fecha del taller en Campeche, la conexión entre la danza, la historia y la memoria se hace más palpable. Yumiko Yoshioka, con su visión única y su compromiso propioceptivo, continúa tejiendo puentes entre culturas, celebrando la diversidad y explorando las capas de historia que todos llevamos dentro. Este intercambio cultural no solo enriquece a los participantes, sino que también contribuye a una narrativa más amplia sobre la resiliencia y la creatividad en un mundo en constante cambio.
«Hay muchas capas en la memoria del dolor, no solo en Japón, sino también en México».
Yumiko Yoshioka