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El impulso y la consolidación de la cultura en Yucatán III
agosto 22, 2022
El impulso y la consolidación de la cultura en Yucatán III

Uno de los costos que mayor peso tenía en las actividades de la Gustavo Río era tener que alquilar un piano para cada función, y esto se lograba gracias a la buena voluntad de algunos benefactores de la asociación que se apuntaban con este gasto; pero entre los socios colaboradores existía la inquietud de adquirir un piano propio y tenerlo a disposición de cualquier cosa, dónde pudiera ofrecerse. Al efectuarse una junta de la directiva, Chelmi nos informó que, los herederos de la Mtra. Adelina González Escobar, se habían comunicado con él para ofrecerle en venta el piano que había pertenecido a la ilustre maestra, y, además, a un precio bastante accesible… Pero no al alcance de los fondos de la asociación, que eran casi de cero. Aquella noticia prendió el ánimo de todos y, rápidamente, se trazó un plan para tan preciada meta. Adquirir un piano se volvió un reto y se pusieron manos a la obra para lograrlo.

Se concibió el proyecto de efectuar tres conciertos en el Teatro de la Universidad, cobrando la entrada al público y el producto total de la taquilla se destinaría a comprar el piano. El proyecto despertó el entusiasmo de todos y cada quien se anotó con la participación que mejor le pareció. La noticia corrió y, hasta los músicos se apuntaron para actuar sin cobrar emolumento alguno. El gesto mayor fue de Don Agustín Lizama, que era el que nos daba alquilados los pianos para nuestras funciones. El Sr. Lizama, enterado del proyecto, nos brindó el uso de un piano para los conciertos que se hicieran con este fin, sin cobrar un solo centavo de renta. El gesto era doblemente meritorio, pues la adquisición de este piano al Sr. Lizama le significaba perder un cliente fijo, como lo era la Gustavo Río, sin embargo, hablamos de los tiempos en los que el idealismo era el sostén principal de la cultura en todas sus formas.

El impulso y la consolidación de la cultura en Yucatán III

Al fin llegó la fecha, fueron tres viernes del mes de junio de 1975. El programa de los conciertos fue rico y variado. Hubo números de orquesta, la cual fue más amplia que de costumbre, pues muchísimos músicos se habían apuntado voluntariamente para participar. Destacó un número musical: el presidente de la asociación, el Dr. José Enrique Mañé Valladares, que además era un buen violinista, interpretó la Serenata de Schubert acompañado al piano por Doña Lupita Peraza. Se ejecutaron piezas como la obertura Poeta y Campesino, «La Danza de las Horas», Caballería Ligera y la «Suite de Carmen». Gustados números de zarzuelas y operetas se interpretaron, como la “Mazurca de las Sombrillas” de Luisa Fernanda, la “Marcha de la Amistad” de Los Gavilanes, el vals de La Viuda Alegre, el “Dúo de los Besos” de El Conde de Luxemburgo, la “Romanza de Javier” de Luisa Fernanda, el “Dúo de la Rosa” de la misma obra, la “Romanza de los Vareadores” siempre de Luisa Fernanda. También hicieron presencia los números cómicos como “Los Tres Ratas” de La Gran Vía, “La Menegilda” de esta misma zarzuela, “El Caballero de Gracia” siempre de La Gran Vía, y el gran final fueron las “Seguidillas” de La Verbena de la Paloma.

Los tres conciertos fueron coronados por un éxito total, el lleno del teatro fue a reventar. Unos días después, se efectuó una junta de directiva para evaluar el acontecimiento. Con gran tristeza nos enteramos que lo recaudado en la taquilla no era suficiente para la adquisición del piano. El desánimo invadió a todos los socios, el esfuerzo no había logrado el cometido planeado. Nos retiramos de la junta arrastrando la cobija.

Unos días después, Chelmi citó a nueva junta, en la invitación se dejaba oír un gran entusiasmo, por lo que todos acudimos con prontitud a la reunión. Al llegar a la junta, Chelmi y el Dr. Mañé nos recibieron con gran alegría y de inmediato nos comunicaron la buena noticia, motivo de la reunión. El Dr. Mañé nos dijo:

―Compañeros, en la última reunión, todos nos fuimos con un mal sabor de boca, el objetivo principal del evento no se cumplió. Pero les tenemos una buena nueva. Unos señores simpatizantes de nuestra asociación, enterados de lo sucedido, se han comunicado con Chelmi y nos ofrecen completar lo necesario para la compra del piano. 

Un estallido de alegría acompañó al anuncio, algunos hasta lagrimamos. Chelmi, sentado serenamente, sonreía con gran complacencia. Debo dejar constancia de que, aquellos generosos caballeros que hicieron posible nuestro sueño, fueron: los hermanos Carlos y Miguel Canto y Canto, Don Renán Irigoyen Rosado y el joven pianista Roberto Abraham Mafud.

El impulso y la consolidación de la cultura en Yucatán III

Así, el magnífico piano alemán de media cola de la Mtra. Adelina González Escobar, pasó a ser el patrimonio principal de la Asociación Artística Gustavo Río. Era un piano de la marca Koblenz, y rindió importantes frutos en todos los años que perduró la asociación, incluso, en marzo de 1985, la asociación se lo cedió a la hermana Sociedad Artística José Rubio Milán, y fue utilizado en el concierto para conmemorar los trescientos años del natalicio de Juan Sebastián Bach, que se organizó en la Iglesia del Jesús.

Ariel Avilés Marín

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