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Equinoccio
marzo 19, 2025
Equinoccio

Elena Martínez Bolio

Hay lazos inquebrantables que se sellan con una obra textil…huipiles, rebozos, fustanes: cualesquiera de estas prendas unen los vínculos sentimentales y aguardan a contar una historia más.

 

Conexiones espléndidas

Este Happening entre moda y arte da la bienvenida a la cotidianidad, vestir cuerpos reales, cuerpos que se enfrentan a una agenda variada y tienen en la moda étnica contemporánea la excusa perfecta en el mismo universo.

Moda y arte; arte y moda. ¿Qué es de la moda sin el arte? O ¿Qué es del arte sin la moda?

Uno no existe sin el otro.

El arte y la moda le han dado cierto significado al estilo de vida del ser humano. Ya que todos queremos colarnos en la mente del que hace moda, los que persiguen sueños estéticos. 

Como mujer que soy gusto de vestir, he mencionado venir de una familia que tenía reverencia por dos cosas, los textiles con sus rugosidades, colores y volúmenes; y la mesura al elegir una prenda que sea tu fiel compañera, que tenga rasgos de sobreviviente en este mercado tan volátil que es el de vestir cuerpos.

En casa se cuidaban las prendas, se reutilizaban se salvaban y eso es lo que hoy se les dice “reciclar.”

Mi madre era una gran tejedora y empresaria, ella era anticuaria. Mi Tía María tenía una pequeña fábrica de ropa infantil y mi abuela alimentó a la familia, haciendo ropones de bautismo, lencería de novias y trajes de primera comunión y, desde luego, la sábana nupcial con un ojal con el monograma de los novios bordado a relieve.

Crecí mirando todo esto

Cómo cuidar del dinero era importante en mi familia, y en Mérida únicamente teníamos Casa Aurorita, y Marta, de Doña Martha Mc Gregor.

La ropa no solo estaba fuera de mi alcance económico, sino también estaba fuera de mis gustos. Yo hacía mi ropa, con crochet, telas de retacería y con bordado, desde luego; sucedió que mis amigas querían saber dónde la compré, y así yo fui vendiendo mis primeros chalecos de cuadros de crochet y pantalones acampanados. Pasaron los años y la ropa de mis hijos yo la hacía con mucho cariño y siempre de acuerdo a dibujos que muchas veces analizaba para que fueran patrones cómodos para usar. Posteriormente, las mamás de la escuela volvieron a preguntar por la ropa y la respuesta fue la misma.

Ahora mis clientas pueden identificar que “Ese huipil es de Elena” y mi hijo Mario en un aeropuerto sonrió al ver a una mujer portando berenjenas y dijo, “ahí se va un modelo de mi mamá”, esto es muy bonito, son conexiones espléndidas.

Crear un estilo es sólo ser fiel a lo que te gusta, lo que te hace sentir bien, no trabajo para agradar sino para proponer vestir arte y así arroparnos en un movimiento que llamo “contracultura.”

Desde luego, no somos producto terminado, vivimos y evolucionamos, eso es signo de vida, el vestir es vida. 

Así es que, egresada de Bellas Artes Estatal, considero que moda y arte van de la mano, que no hay que despilfarrar para estar bien vestidas y que podemos usar un excelente huipil para asistir a una boda o un evento.

Una cosa que me llamó la atención cuando regresé de años de vivir fuera, es que los hipiles de mestiza belleza en punto de cruz, las damas lo usaban para estar en casa o para dormir.

Cómo hija de anticuaria respeto mucho lo que ha sobrevivido los años y sigue vigente, bello, atemporal. Es el caso del rebozo y de los huipiles. Su anatomía es un canto a la resistencia y un himno a las que gustamos de darle a nuestro cuerpo un hogar, pasearse entre la tridimensionalidad de un huipil, dar los pasos ligeros o cadenciosos que juegan entre nuestras piernas en ese fustán, abrazarnos de un rebozo e invitar al amado a arroparse contigo, arrullar al nieto con los flecos hipnóticos de esa prenda rectangular ancestral llamada rebozo. Sobre cada lienzo hago lo que siento, evoco artistas, escribo con puntadas palabras, juego con colores que no tenían por qué convivir juntos, hago pliegues, frutos y hablo de lo que nos está sucediendo.

Equinoccio

Cómo en este Happening 2025 llamado equinoccio, travesía en nueve tiempos textiles. El primero es música gogó para mostrar mi colección (70, 80 90); el segundo será Equinoccio, bordando glifos mayas, pero también puestas de sol y ocasos. Tercero será Explosión demográfica, lo que nos está sucediendo, esta invasión con calles cada día más estrechas donde nos han quitado carriles como es el Paseo de Montejo, edificios con dos casilleros de estacionamiento, mientras que la ciudad no está lista para tanto…Glorietas donde arriesgas la vida y a veces terminas dando vueltas como un carrusel, mapas, planos, topografía, etc. La cuarta es lo que todos deseamos o al menos yo disfruto, Volver a casa, ser esperada por mis amados perritos, y mis amorosos gatos, mi libro, la regadera, el jardín, pero también recibir a los hijos y poder tener encuentros en ese mágico reino llamado “casa.” Después tendremos una ceremonia, un terno que no cuenta las etapas de su morfología, vestidos intervenidos de noche, dos de novia contemporánea, y la sexta, Golfo de México, su especies, su alimento, su riqueza, la séptima Fauna de la Península con sus escarabajos maqueches, pájaros, serpientes, chivos, perros, gatos y también caballos y cocodrilos. La octava la Flora de la Península con variedades de flores y frutos de la tierra que siempre es generosa, pero no solo esto, riqueza de puntadas, expresar el color de nuestra lluvia de oro en hilo contado o chukbicuy, cadenetas que dan vida a orquídeas silvestres y muchas flores más; la novena es un reconocimiento para mi amiga Georgia Charruhas quien falleció hace casi dos años, ella me vendió obra y me hablo de su versión de Alicia en el país de las maravillas, y los huipiles bordados con los dibujos de Georgia muestran la vitalidad de una mujer que también fue diseñadora de modas, gran artista y que Mérida le debe mucho y siempre lo diré. Una Georgia que cambia el perfil de Alicia por el perfil maya, que hace que Alicia renazca con cocodrilos, pájaros thó y especies que sólo existieron en su mágico mundo creativo y que tuve el privilegio de bordar con María de Jesús Canul, Marcela, y Porfiria May.

He de mencionar al equipo que se requiere para tanto trabajo. Yo bordo, tiño, corto, imagino y enseño y doy trabajo, pues creo en el trabajo domiciliado como una oportunidad para ver crecer a nuestra familia porque el tiempo no regresa.

Pero soy sincera, soy una mujer muy afortunada y me conmueve hasta las lágrimas que mientras me duelen los pies de tanto trabajo, venga mi amigo Raúl o Lucina a darse por completo. Sí, la artista Lucina Castillo y Yolanda Loyo están apoyándome interpretando mis dibujos con tocados espaciales. 

Raúl Frisneda quien ve logística, y me dice que todo saldrá bien cuando tengo dudas, pero que cuida los gastos, Ana Méndez Petterson quien será maestra de ceremonia, con su experiencia en happening le ha dado la forma a este equinoccio.

Siempre he mencionado que me gusta vestir cuerpos reales, cuerpos que aman, disfrutan y coquetean con sus extremidades o con el roce de una fibra textil en la piel, que agradecen el trabajo a mano y que compran como inversión y no como un gasto o número de serie.

Así que si se regalan esa tarde del jueves 20 de marzo podrán ver todos los cuerpos y las edades, es modelos de cuerpos diversos, de edades también con un rango amplio y, en fin, estoy de lo más emocionada.

Cecyl nos ha abierto las puertas de su Hotel “El Pueblo” ubicado en la calle 56 con 49 y 51, muy cerca del Remate de Paseo de Montejo, en fin, falta muy pocos días y la emoción y los detalles prometen una tarde inolvidable.

Elena Martínez Bolio

 

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