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Fomento a la lectura, diciembre 2024
diciembre 13, 2024
Fomento a la lectura

Sinopsis

Relatos sobre madres imperfectas

Desde la ficción, Erica Millet construye personajes que emprenden viajes hacia el interior de sus mentes, alrededor de sus cuerpos y en las costuras de sus vínculos familiares, para tratar de discernir la relevancia de su maternidad y el papel que juega en sus vidas. 

David Loría Araujo

Adquiere el libro aquí

 

Texto: Zapatillas de Ticul (fragmento)

Libro: Relatos sobre madres imperfectas

 

—¿Dónde está papá? —Me acerqué lentamente hacia mi madre y posé con miedo mi mano sobre su hombro. Sentí su piel tibia. Volvió la cara con suavidad para mirarme y pude ver sus ojos tristes llenos de preguntas. Alzó los hombros y volvió a mirar hacia la calle vacía. Permanecimos inmóviles y calladas un par de minutos.

Cuando por fin habló, no se ahorró detalles; depositó con sus palabras en mi mente imágenes que no correspondían a nada de lo que yo entendía de la realidad. 

La infelicidad de los nuestros es un lastre más pesado incluso que nuestra propia amargura. Aquella mujer, que siempre estaba a cargo, la que se ocupaba de instruir, apurar y reprender, era en realidad frágil y dependiente. No sabía a donde correr, no tenía los medios para reclamar su emancipación en un mundo que le había prometido felicidad a cambio de un sí. Papá la celaba, la contenía y papá, callado, guardaba infinidad de secretos que jamás habría de admitir ante sus hijos o ninguna otra persona. Papá no era víctima, era victimario. Era un hombre de moral frágil e inteligencia emocional deprimida. Entendí entonces que los silencios de mi padre tenían poderosas razones. Estaban construidos de culpa y no de sumisión.

Vivimos un tiempo en casa de la abuela. Mamá decidió que era lo mejor en lo que ordenaba sus ideas.

Lejos de casa, yo me siento gris por dentro. No me encuentro triste o quizá no siento derecho a expresar mi tristeza por el tiempo que dure esta dolorosa tregua entre mis padres. No hay regaños, ni reprimendas y no sé lo que va a pasar, ni siquiera lo que espero que pase, sólo que vivimos atados a circunstancias que nos impregnan a mis hermanos y a mí de un olor a vulnerabilidad que los adultos quieren atenuar con regalos y paseos. Mi abuela nos conversa y nos arropa. Nos sirve huevos y pan con mantequilla por las mañanas en su pequeña cocina; evita que entremos a despertar a nuestra mamá.

 

Lejos de casa, yo me siento gris por dentro. No me encuentro triste o quizá no siento derecho a expresar mi tristeza por el tiempo que dure esta dolorosa tregua entre mis padres.

 

Erica Millet

 

Fomento a la lectura, octubre 2024

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José Castillo Baeza

 

Mi abuela se cayó de la cama y se fracturó la cadera. Tuvieron que operarla. La primera noche que pasó en el hospital no pudo dormir: dijo que debajo de su cama nadaban tiburones. La segunda noche escondía la cabeza debajo de las sábanas para no ver los ogros que le acechaban desde el rincón oscuro del cuarto. “Allá no hay nada, mamá, aquí estamos todos” le decía una tía mientras le acariciaba la frente. Pero ella contestaba que en la lámpara del techo había un agujero que se la iba a tragar. Otros días se quedaba mirando fijamente hacia el baño y nos preguntaba qué hacían esas personas bajando y subiendo escaleras ahí donde nosotros sólo veíamos una puerta cerrada. Quizá algunos sabemos lo que se siente vivir con nuestros demonios adentro, pero ¿qué se sentirá tenerlos a un lado?

Mi abuela dice estar tranquila pero la mayor parte del tiempo muerde las puntas de la sábana o la desliza nerviosamente entre los dedos. Nunca deja de mover los dedos. Yo creo que ella se cansó de que le preguntáramos por su ansiedad sin nombre porque un día dijo que estaba tejiendo un suéter. Ella no sabía tejer.

Ahora está en su casa, pero al mismo tiempo quiere regresar a la suya, como si los cuarenta años que ha vivido ahí se hubiesen perdido en las fisuras del tiempo y del delirio. A veces nos observamos, ella desde su habitación y yo desde la mía.

Entonces me pregunta: “Oye, ¿está lloviendo allá en tu cuarto?” Yo contesto que no, que aquí no llueve.

Cada tercer o cuarto día mis tíos la visitan y se ríen de sus ocurrencias, le hacen preguntas con intención de provocar sus desvaríos. Ellos aplauden y gesticulan, vuelven a preguntar como quien incita a una niña a que repita la gracia.

El doctor únicamente sube y baja las dosis, cambia medicamentos, vuelve a recetar los anteriores. Ayer por fin se dignó a venir a visitar a mi abuela (nos había recalcado que él no hace consultas a domicilio, ni siquiera con excepción de pacientes que no pueden moverse). Le ha hecho algunas preguntas: “¿Sabe usted, doña Ofelia, en qué año estamos?”, “Claro que sí, doctor, estamos en 1970”. 

Pero yo sé que ella no está viviendo en ese año ni en el nuestro ni en ninguno. No se encuentra en otra época ni está atrapada en su pasado: ha vuelto a un lugar y a un tiempo en los que nunca estuvo. En una mudanza perpetua, cada día, al abrir los ojos, regresa a una casa distinta. Le acompañan sus ogros y sus tiburones, una llovizna bajo techo, la tía Elda, su padre y cada uno de sus muertos. ¿Cuántas sombras escondemos en el envés de la memoria?

Ayer, después de la visita del médico, mi abuela volvió a mover sus manos como si tejiera. Mi tía tomaba cariñosamente sus manos para tranquilizarla pero ella seguía enhebrando sus minutos eternos en la sonrisa de algún fantasma. ¿No será que, en el fondo de todo, ese hilo imaginario se anuda muy adentro de las cosas para dar forma a eso que llamamos vida? 

La consciencia es un suéter que tejemos para no morirnos de frío.

 

Pero yo sé que ella no está viviendo en ese año ni en el nuestro ni en ninguno. No se encuentra en otra época ni está atrapada en su pasado: ha vuelto a un lugar y a un tiempo en los que nunca estuvo.

 

José Castillo Baeza

 

Fomento a la lectura, octubre 2024

Club del libro

“Lecturas que sanan”

 

El proyecto de nuestro club del libro se llama “Lecturas que sanan”. Surge tomando como fuente de inspiración la biblioterapia. Hace unos, años leyendo acerca de las bibliotecas del mundo, encontré un documento que habla de la existencia de una librería en Europa denominada “pequeña farmacia literaria” donde los libros se asocian con los diversos estados de ánimo. Investigando este tema, que me llamó mucho la atención, descubrí un libro que incluye recetas literarias para sanar. Con el pasar de los días, fui investigando aún más acerca de la biblioterapia, su historia, tipos, estudios relacionados con el uso de esta estrategia, investigaciones, etc. 

Sinceramente es una estrategia literaria que me gusta mucho. Esta metodología se utiliza en algunos países del mundo y, según indica un artículo de la CONACYT aprobado el 27 de septiembre del 2016, “es importante divulgar las experiencias con la biblioterapia para generar cada vez más interés en llevarla a la práctica”.

De ahí decidí formar un club del libro el cual denomino como diferente. ¿Por qué se destaca así? Porque la idea principal del proyecto es que los libros sean un instrumento esencial para la catarsis de los lectores que acuden a nuestro club y bajo la esencia del método denominado biblioterapia. 

 

Fomento a la lectura, octubre 2024

 

En cada sesión nos apoyamos con preguntas diseñadas con antelación, para crear espacios de reflexión acordes con la lectura. Es muy bello escuchar las diversas opiniones de los integrantes, mismas que enriquecen nuestras ideas y perspectivas, pues cada individuo aporta siempre un punto de vista único. 

De manera grupal elegimos los libros por periodos, pues estoy convencida de que los libros nos llaman, y en cada sesión se llevan apuntes, dudas y comentarios relevantes que se platican entre los asistentes. Las reuniones son todos los martes de 6:00 a 8:00 p. m. de manera presencial. 

El pasado 21 de marzo cumplimos un año de haber iniciado con nuestro club del libro en un maravilloso espacio diseñado para fomentar la cultura y las artes llamado LAWS, que está ubicado en la colonia México de nuestra ciudad de Mérida.

De igual manera, en abril 23 de este año, realizamos en LAWS la primera noche literaria con nuestra comunidad lectora para conmemorar “El día del libro». Se vivieron momentos de lectura en voz alta, se hizo una “Cata literaria” con poesía y pensamientos y cerramos el evento con música, que también es poesía, acompañada de la bella voz de la maestra Bárbara Lobatón. 

 

Fomento a la lectura, octubre 2024

 

Siento que paso a paso estamos avanzando con este proyecto de lectura que una vez fue un sueño y hoy es realidad, gracias a las personas que se han integrado, que al igual que yo, disfrutamos de los libros y todo lo que nos regalan a través de sus páginas. 

Estoy segura que algo bueno se está haciendo en la comunidad de LAWS, y cada día este proyecto de “Lecturas que sanan” crece para llegar a ser un espacio con muchas personas integradas en un club del libro diferente. 

Para terminar, quisiera decirles algo que me viene del corazón: Tal vez no he leído todos los libros que el mundo denomine los más importantes, pero sí he leído los que mi alma necesita.

Tal vez no he leído todos los libros que el mundo denomine los más importantes, pero sí he leído los que mi alma necesita.

 Valentina Gómez

 

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