La música de Basulto
Soy un músico yucateco especializado en composición y dirección orquestal. Desde que tengo memoria he sentido una gran atracción por las artes. De niño disfrutaba dibujar, leer, escribir y escuchar música. Siempre quise tocar un instrumento, pero (después de unos intentos fallidos) pensé que no tenía talento para la música. No fue sino hasta los 16 o 17 años, gracias al maestro Manuel Rubio y al Centro de música “Jacinto Cuevas,” que descubrí mi vocación en la música clásica.
Me gusta pensar que mi música es un reflejo de la época y el lugar en el que vivimos. No escribo para la posteridad o para músicos y audiencias ideales, escribo para lo que hay y lo que somos. Lo que pase después con mi música, eso sólo el tiempo lo dirá. No me preocupa. Esto me ha llevado a centrarme en la riqueza de lo que tengo a mi alrededor, no en las promesas de lugares y épocas que no conozco. Naturalmente, esto me ha enseñado a tener en cuenta las expectativas del público y los músicos con los que trabajo. El resultado, a mi entender, habla sin tapujos o artificios, sin dejar de ser un reflejo de quien soy.
No voy a negar que estoy orgulloso del alcance internacional que he logrado, ya que es el resultado de muchos años de trabajo duro y un amor profundo por lo que hago. Asimismo, sé que soy un afortunado y entiendo que todos estos logros no sucedieron sin la ayuda de un sinfín de personas, instituciones y un poco de buena suerte. Finalmente, todo esto me ha enseñado que el verdadero gozo está en recorrer el camino (compartir música con el público y con colegas, descubrir una obra nueva, asistir a un concierto, ensayar, etc.) no sólo en los momentos que leemos en los curriculums.
Compositor y director de orquesta
Mi experiencia como director invitado de la OSY ha sido fantástica. Cuando comencé mi carrera como músico jamás me imaginé que dirigiría un concierto con ellos, ya que en las filas de esa orquesta hay muchos músicos que conozco y admiro desde hace veinte años. Es un sueño hecho realidad y estoy muy honrado de que me hayan dado esta oportunidad. La orquesta de la ESAY por otro lado, es uno de esos proyectos que siempre soñé liderar desde que decidí estudiar dirección orquestal. La energía de los estudiantes es contagiosa y es el mejor aliciente. Si bien yo soy el “maestro” de la orquesta, aprendo muchísimo trabajando con ellos. Es un privilegio y eso me motiva a dar lo mejor de mí mismo.
Por supuesto, me he enfrentado a varios retos en el camino. Les puedo contar un par de anécdotas, como cuando trabajaba de director asistente en una compañía de ópera universitaria y el director titular se enfermó ¡Tuve que dirigir La Cenerentola de Rossini, una ópera de más de dos horas, con un solo ensayo! Como compositor, también recuerdo mi primera sesión de grabación profesional con orquesta. Tuve algo así como tres semanas para componer y grabar una pieza orquestal de poco más de diez minutos ¡En ese momento me parecía una locura! Digamos que hacer las cosas con prisa es muy retador. Sin embargo, pienso que lo más difícil es la constancia y dedicación diaria. En un mundo de gratificación instantánea, la música clásica premia la perseverancia y la disciplina. En mi profesión, las carreras no se construyen en un día y, aunque el talento, las influencias y la mercadotecnia existen y ayudan, me atrevería a decir que no hay atajos que valga la pena tomar. Siempre hay cosas por aprender y eso te obliga a mantenerte curioso y en busca de nuevos retos. Es muy difícil mantener esa mentalidad, sobre todo conforme pasan los años y uno espera cosas que no abundan en esta profesión (dinero, estabilidad, etc.). Es por eso que estoy tan agradecido con la gente que me ha acompañado en este camino, principalmente mi esposa. También estoy agradecido con esos maestros que se convirtieron en mentores y marcaron una diferencia enorme en mi vida.
Transmitiendo sentimientos
Me considero un artesano, cuyo oficio es contar cuentos a través de la música. Me gusta pensar que cuento historias ricas en una gran variedad de sentimientos y que invitan a la reflexión sobre temas interesantes y actuales. Quiero que tanto la gente que escucha mi música, como los músicos que la interpretan, disfruten mi trabajo y los invite a pensar un poco de una forma nueva o que no habían considerado.
Mi mensaje para los jóvenes que quieran dedicar su vida al arte sería: “Disfruta el día a día. Esa es la verdadera recompensa”.
«Me gusta pensar que cuento historias ricas en una gran variedad de sentimientos y que invitan a la reflexión sobre temas interesantes y actuales».
Este mes de noviembre debutaré con la Orquesta Sinfónica Nacional como director invitado. Me emociona sobremanera que es un programa de música mexicana actual, que consta de obras compuestas por Mario Lavista, Gabriela Ortíz, Hebert Vásquez y Javier Álvarez. Todos ellos, compositores que admiro profundamente. Es un programa que refleja la vitalidad, riqueza y excelente nivel de la música mexicana contemporánea. También tengo una serie de estrenos de mi obra como compositor en el extranjero, incluyendo obras comisionadas por el Trío Lynx (EE.UU.) con el apoyo de la American Harp Society y una comisión de Opera in the Heights. Además, tengo el encargo de una obra para marimba y orquesta, por parte de un percusionista magnífico llamado Eusebio Sánchez. Mi meta a corto, mediano y largo plazo es seguir disfrutando y amando la música. Mientras eso esté ahí, lo demás llegará solo.
