Verdaderamente que, el Teatro Regional Yucateco goza de muy buena salud, y se renueva y actualiza todo el tiempo, como lo demuestra las últimas producciones del Centro Cultural Yol-Izma de la ciudad de Hunucmá. Todavía está en cartelera el genial musical “Sorpresas”, y ahora, estrenan una divertida comedia de la autoría de Octavio Ayil, que es una típica obra de nuestro teatro vernáculo. Una comedia blanca, salpicada con picardías ingeniosas, con chistes y citas políticas de actualidad, cómo si de una obra de los tiempos de oro de los Herrera se tratara.
“La Noche de los Mayas…Huiros” es el título de esta comedia en la que, la risa, es el elemento permanente que acompaña a la acción. El título parece remitirnos a la inmortal obra de Silvestre Revueltas, pero el ingenio de Tavo Ayil remonta totalmente la emblemática obra musical de Revueltas, y crea su propia realidad, combinación de hechos actuales, con tradiciones de lo más remoto de nuestra tierra. La cultura maya se hace presente en todo su esplendor, con un pueblo ficticio, en el que gobierna el rey Tutul Xiu, Raúl Uranga, asistido por el simpático sacerdote Buul Kekén, Octavio Ayil, entre las rivalidades de la princesa Puruxita, Sofía Bolívar, con la legendaria Xtabay, Bertha Merodio, y los sabios consejos del simpático brujo Chuchul Dzot, Manolo Ríos “Zapote”, y el diligente guerrero Cocoyol, Gilmer Loeza. También hay una comunidad, a la que da vida el Ballet de la Vieja Guardia, de la ciudad de Hunucmá.
Inesperadamente, se da un violento encuentro; llega al pueblo una nave que viene del futuro y ha viajado por el tiempo. Esta expedición es comandada por el capitán Jhomel Pacheco, Juan Carlos Argáez, destacado campeón de clavados; le acompañan Xochitl de la Cruz de Gálvez, Betty Yáñez “La Bomba”, así como Cecina Patón Labiona, Geigy Canul, y el piloto de la nave, Jetson, Roberto Kú. Todos ellos figuras de la política del S. XXI. El grupo ha escudriñado en la historia y han sacado la conclusión que, este pueblo del pasado es poseedor del sagrado libro del Popol Vuh, y ahí se encuentran todas las predicciones que quien lo consulta requiera. Acicateados por saber el futuro próximo, concretamente el resultado de las elecciones de junio, el grupo emprende el viaje por el tiempo para satisfacer sus dudas y, en dado caso, ver cumplidas sus ambiciones.
El encuentro entre las dos culturas o dos tiempos, no es muy cordial, nunca lo ha sido, los del futuro llegan en actitud de conquistadores y con armas poderosas tratan de sonsacar, primero al sacerdote Buul Kekén, y al ver fracasadas sus pretensiones piden hablar con quien pueda satisfacer sus ambiciones. Les remiten a hablar con el gran rey Tutul Xiu, quien es poseedor del sagrado libro del Popol Vuh. En medio de toda esta trama, la historia se va salpicando de graciosos diálogos muy picarescos; se juega con la posibilidad de que, entre el capitán y el piloto hay una sospechosa relación, esta se deja sentir con ingeniosa picardía a lo largo de la historia. También entre Cecina Patón y Xochitl de la Cruz se dan unos diálogos de risa loca. El sacerdote Buul Kekén accede a gestionar una entrevista entre los viajeros del tiempo y el rey.
La entrada a escena del rey Tutul Xiu es espectacular. Se inicia una negociación entre el capitán Jhomel y el rey, quien termina accediendo a darles el Popol Vuh, y manda por él. Al llegar el libro sagrado, con toda discreción, Buul Kekén arranca una hoja. Los viajeros del tiempo buscan desesperadamente en el libro, pero no encuentran lo que buscan. Xochitl se percata de que Buul Kekén oculta algo, y con toda clase de artimañas trata de que le de lo que guarda. Buul Kekén levanta la voz y dice:
—Ustedes lo que quieren saber es lo que va a pasar el 2 de junio.
—¡Siii!, responden todos a coro.
—Yo les prometo que sus dudas serán satisfechas… el 3 de junio.
—Dame la hoja que ocultas, dice Xochitl.
—Si te la doy… el 3 de junio, responde Buul Kekén, y sale corriendo con la hoja del libro, el capitán Jhomel y el piloto Jetson se confiesan su amor, y así termina la comedia con alegres bailes y bombas yucatecas.
La gracia y sabor del Teatro Regional están presentes y muy vivas en esta puesta; las actuaciones de todos son de muy buena calidad. Nos causó gran placer ver en escena al querido Zapote, que deseamos que esté muchos años más en nuestro Teatro Regional. Hemos de consignar que el vestuario es muy apropiado y muy lucido. Las coreografías de la Mtra. Xenia García excelentes como siempre. Aplauso de pie para Octavio Ayil por su texto y dirección. Esperamos que el Centro Cultural Yol-Izma siga con su empeño de hacer buen teatro en la ciudad de Hunucmá.
¡Qué buen teatro se hace en Yucatán! Sin el apoyo necesario.