Soy artista visual, siempre me ha gustado la pintura en todas las modalidades. Desde niña he sido autodidacta, empecé a dibujar desde los 15 años.
Mi infancia, mi papá y mis primeros pinceles
Viví en el barrio de Santa Ana toda mi infancia, recuerdo que jugaba todo el tiempo en el parque. En mi casa éramos seis mujeres y un niño. Mi papá era artista, el trovador Juan Acereto, y tenía presente el arte en todo momento, siempre estaba con la guitarra, nos traía serenatas y crecí rodeada de música.
Mi casa tenía muchas paredes, y un día cuando yo tenía 8 o 9 años, mi papá llegó y descubrió que yo ya había pintado casi la mitad. Recuerdo que, en lugar de regañarme, mi papá me regaló mis primeros pinceles, me regaló lápices y colores, porque a él también le fascinaba este tipo de arte. Posteriormente, a los 11 años, mis padres decidieron llevarnos a la Ciudad de México. Ahí mi pasión se volvió comprar libros y materiales de arte y aprender por mí misma.
Gracias a esta práctica me contrataron como dibujante científico en la Jefatura de Enseñanza del Seguro Social en la Ciudad de México. Ahí trabajé y aprendí mucho, pues yo era la responsable de presentar los dibujos para la residencia de ortopedistas, dibujaba huesos, músculos, prótesis, y otras partes del cuerpo.
Me encanta pintar óleo
Desde esa época en adelante no dejé de pintar. Después de mi etapa en el Seguro Social, comencé a dibujar en óleo, que es lo que me fascina, aunque también me gusta la acuarela y otras técnicas. Hoy en día casi todas mis obras están en óleo, pues se me hace muy noble, muy duradero y además compatible con nuestro clima tan caliente.
Desde muy joven, en Navidad abría las puertas de mi casa para hacer bazares de mis dibujos, y hasta hoy mis amigas de muchos años atrás me dicen que todavía los conservan. Me da mucha satisfacción saber que muchas de mis obras están en casas de amigos y familiares.
Viviendo en México un día llegó una amiga que trabajaba en la Embajada de Inglaterra y me dijo: “Van a venir todos los de la embajada porque quieren tener un cuadro tuyo”. Y esto sucede porque yo pinto mucho a nuestra gente. Quienes conocen mi arte lo aprecian porque se quieren llevar un pedacito de México.
Mi regreso a Mérida: dedicada totalmente al arte
En la ciudad de México trabajé durante 18 años en una empresa de seguros muy grande y conocida, para poder solventar mi pasión, que es pintar. Después de este tiempo, regreso a Mérida porque una de mis hijas se viene a casar a esta ciudad, que es donde nace mi nieta. Es cuando renuncio totalmente a la compañía de seguros y me dedico exclusivamente a pintar.
Desde entonces han pasado 14 años y no he dejado de pintar un solo día, desde que amanece hasta que anochece. Yo soy feliz cada que termino un cuadro.
La inspiración de grandes artistas, pero especialmente de la naturaleza
Tengo muchos libros de Diego Rivera, de quien nace mi inspiración para pintar a nuestra gente. Con él nació mi pasión por pintar a los niños de México, y ahora tengo una amplia colección de pequeños mexicanos con sus vestuarios diversos.
También me encanta Klimt ―con su desarrollo de la naturaleza, los colores, muchos dorados― y Monet. Existen muchos grandes artistas y lo importante es aprender de todos ellos.
Pero definitivamente mi inspiración más fuerte viene de la naturaleza. Me encanta pintar la naturaleza, por ello he organizado varias exposiciones en las que invito a artistas a pintarla. Me gusta plasmar los árboles de Yucatán, los caminos, las sombras, las luces.
También hago muchos rostros y retratos. En una ocasión me solicitaron un cuadro para la celebración de unos 50 años de casados, donde aparecían cuarenta personas, entre hijos, nietos, hermanos, etc. Era un cuadro en una hacienda, todos de hipil, las mujeres con terno y los hombres de lino y guayabera. ¡Fue un gran reto! Pero ahora el cuadro está colgado en casa de la señora, que está encantada con él.
Las exposiciones de Carol Acereto: uno debe buscar sus propios caminos
He tenido la oportunidad de mostrar mi obra en varios lugares. En el aeropuerto he expuesto en tres ocasiones. Hace algún tiempo organicé una exposición dedicada a la naturaleza en apoyo a una organización ambiental que se llama “Niños y Crías”, en el Centro Cultural Olimpo. También he realizado presentaciones en la Galería del Teatro Peón Contreras, en una muestra bellísima que se llamó “Entre Amigos”, con dos de mis grandes amigos que desgraciadamente ya no se encuentran con nosotros: Fernando Palma y Manuel Lizama. También formé parte de la Plástica Yucateca Independiente, y salió el libro Panorámica de la Cultura Yucatanense a raíz de una exposición que organicé en el MACAY, donde dieron a conocer sus obras más de 87 artistas yucatecos, hubo incluso de algunos artistas que ya habían fallecido, y nos dimos a la tarea de recabar su obra entre familiares y amigos. Este libro lo pueden encontrar en la biblioteca de la Secretaría de Cultura.
Organicé una exposición en el Centro Cultural de Progreso, también a beneficio de “Niños y Crías”, para concientizar y apoyar la educación ambiental. Estuve también en una exhibición que se llamó “Identidades” y tuve la oportunidad de montar la primera muestra pictórica en la Casa T’hó, cuando en ese entonces era el Centro Cultural de la Universidad Interamericana.
También, recientemente, he expuesto en la Noche Blanca a las puertas de la Casa Cámara, como preámbulo de una presentación.
Hoy en día mi obra la pueden encontrar en la Hacienda Santa Cruz, en el restaurante donde tengo mi obra decorando las paredes. También voy a estar en una exposición apoyando al CAIMEDE. He donado obras a organizaciones, como Impulso Universitario.
Es importante no esperar a que las oportunidades lleguen a tu puerta, debes de salir a buscarlas, especialmente ahora que no hay tanto dinamismo o convocatorias públicas como antes. Uno debe de buscar sus propios caminos, superarlos como artistas e ir a la vanguardia.
Les invito a acudir al corredor del arte, a no dejar de moverse. Hay bazares en la playa donde los extranjeros están en busca de arte. Yo nunca estoy quieta, hay que ser positivos y trabajar desde que amanece. El éxito llega cuando la preparación y la oportunidad se dan juntas.
El siguiente gran paso: la galería de arte y la fundación
La galería de arte es mi gran proyecto de vida. Estoy en el proceso de buscar la ubicación ideal, y quiero acabar mis días en mi galería, rodeada de mis cuadros.
También estoy proponiendo la creación de una fundación para los niños más vulnerables del sur de la ciudad, en donde cada vez que compren una reproducción mía, una parte del dinero sea para ellos. Este es mi próximo proyecto.
«Yo pinto mucho a nuestra gente. Quienes conocen mi arte lo aprecian porque se quieren llevar un pedacito de México».
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