“Demián Flores investiga la historia para situarla en un contexto contemporáneo, replicando situaciones que podrían ocurrir hoy como ocurrieron en el pasado. No importa la época, lo que importa son las acciones de los humanos. En una transposición sociopolítica, sacude el inconsciente colectivo marcado por un residuo de la colonización española, para reflexionar en torno a los vínculos invisibles entre la historia prehispánica de las principales civilizaciones del país, incluyendo la maya, y la doctrina cristiana implementada en la actualidad”.

Leïla Godet Voight . Curadora de la exposición Hibridaciones

Demián Flores trabaja en el tema de la hibridación desde la década de los noventa. Su serie De/construcción de una nación se presenta actualmente en la exposición Hibridaciones, en la sala temporal del Gran Museo del Mundo Maya de Mérida.

Esta exposición es resultado de la coordinación de la Secretaría de la Cultura y las Artes, a través del gobierno que encabeza Mauricio Vila Dosal, y la Fundación Centro Cultural la Cúpula, bajo una invitación especial de la curadora Leïla Godet Voight.

En la serie de esculturas expuesta, el artista oaxaqueño mezcla personajes y animales, inspirado por esculturas precolombinas, para realizar en cerámica representaciones anacrónicas, amalgamándolas con figuras simbólicas de la sociedad moderna.

De/construcción de una nación fue una serie originalmente realizada para el Museo Nacional de Arte (MUNAL) en 2012 y, diez años después, se presenta en el Gran Museo del Mundo Maya de Mérida. ¿Qué significa para ti exponer tu obra en este museo, junto con piezas de la gran artista francesa ORLAN?

Efectivamente, la serie original de cerámicas tuvo su primer diálogo con obras del Museo Nacional de Arte en el 2012. Fue un año importante para el MUNAL porque festejaban dos fechas: 100 años de la inauguración del edificio y 30 años del recinto bajo la misión de museo. El entonces director, Miguel Fernández Félix, invitó a una serie de artistas contemporáneos a trabajar con la colección del museo. La sala en la que trabajé se llama “Construcción de una nación”. Se trata de una sala que alberga muchas piezas nacionalistas, que intentan narrar nuestra historia, especialmente la parte de la Conquista. Hay pinturas impresionantes como las de Félix Parra y Bartolomé de las Casas, entre otros. Estas pinturas contienen muchas representaciones que no muestran de manera verídica el pasado: la fisonomía de los personajes es occidental, la arquitectura se parece más a construcciones griegas y romanas en lugar de las construcciones prehispánicas. Esos cuadros cuentan la visión del vencedor. A partir de esto, realicé la serie de cerámicas De/construcción de una nación, para entablar un diálogo con las pinturas.

En mis esculturas, los dolos antiguos están replanteados y alterados. Contienen formas que no corresponden a las figuras, haciendo lo mismo que en los cuadros. Uno al mirar esos cuadros no necesariamente se detiene a pensar si lo que está ahí es verdadero o no. Mi idea era que sucediera lo mismo con las esculturas.

En 2022, diez años después, la serie encuentra otra vida en el Gran Museo del Mundo Maya de Mérida. No se trata de esculturas crípticas ni cerradas, sino al contrario, son formas abiertas que pretenden encontrar siempre nuevas relaciones o dinámicas, como en este caso la relación entre ellas mismas, o con las piezas de ORLAN que las preceden. Aquí, las piezas encuentran un sentido nuevo y eso me entusiasma mucho.

El Chaac es la obra que creaste especialmente para esta exposición. ¿Qué representa para ti este Chaac contemporáneo?

Al ser la única pieza que hice exprofeso, le da un toque especial a la muestra. Está hecha en diálogo directo con una pieza de ORLAN. Como sabemos, este dios no solamente pertenece a la cultura maya, sino que se asimila al Cocijo de los zapotecos, ambas representaciones que se vinculan directamente con el agua y con la lluvia. Mi origen es zapoteco y mucho de mi trabajo nace de una reflexión sobre el lugar de donde soy, así que ya había trabajado bastante el Cocijo. En un afán de relacionar culturas, mi Chaac tiene elementos del Cocijo, como es la lengua bífida que le sale de la parte inferior. Intenté abrir esta representación con referencias de nuestra actualidad. El zopilote que está en la cabeza plantea una idea de nación distinta a la del águila devorando la serpiente.

Además de la exposición en el museo, en la Fundación Centro Cultural la Cúpula se exhibe una serie de piezas gráficas. ¿Qué le dirías al público que visita tu exposición?

Esta exposición es muy significativa para mí porque tengo una formación de grabador. Hice gráfica en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, ahora Facultad de Arte de la UNAM. Tuve ahí la fortuna de tener a grandes maestros que son herederos de una tradición gráfica que existe en México, ya que aquí en el siglo XVIII se fundó la Academia Real de Carlos ―primera academia de arte de América― de donde viene toda una tradición. Uno de mis maestros fue Jesús Martínez, a quien se le debe la imagen emblemática de la paloma atravesada por la bayoneta, que se usó durante el movimiento del 68. Él a su vez tuvo mentores que pueden ser trazados directamente hasta Gerónimo Antonio Gil, creador de la academia.

Como artista de este siglo, me interesó abrir los límites y plantearlos desde un lenguaje mucho más abierto. Mi gráfica expande posibilidades más allá de su propio medio, donde los elementos que la han determinado a través del tiempo son ahora también formas significantes, conceptuales pero también detonantes.

En la exposición que está en la Fundación la Cúpula quise mostrar gráficas que inciden sobre la tradición, mostrando una diversidad de técnicas. Son de diferentes épocas y series y permiten tener una visión amplia de mi quehacer gráfico.

En la exposición en el Centro Cultural la Cúpula, además de la gráfica, se puede apreciar un tapiz titulado “Mezcal”, ¿nos compartirías su historia?

El maestro Toledo creó un taller de afelpado, una técnica antigua de hacer tapices, y él me invitó, junto con otros artistas, a hacer ensayos. Se trata de una pieza muy especial porque está hecha con hilos naturales, teñidos con pigmentos naturales. Se trata de una técnica muy compleja, hacer una sola pieza lleva de 3 a 4 meses. En ese momento yo estaba haciendo una serie de piezas sobre el mezcal, sobre el maguey, es por eso que en él se pueden apreciar representaciones relacionadas histórica y simbólicamente con el mezcal, que es parte de las tradiciones y de la vida en Oaxaca.

La exposición Hibridaciones está visible en el Gran Museo del Mundo Maya hasta el 7 de mayo de 2023. La exposición Múltiples se puede visitar en el Centro Cultural la Cúpula de lunes a viernes, únicamente con cita al correo lacupulamerida@gmail.com.

Demián Flores trabaja en el tema de la hibridación desde la década de los noventa. Su serie De/construcción de una nación se presenta actualmente en la exposición Hibridaciones, en la sala temporal del Gran Museo del Mundo Maya de Mérida.