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El impulso y la consolidación de la cultura en Yucatán I
julio 1, 2022
El impulso y la consolidación de la cultura en Yucatán

I. Antecedentes

Los períodos de gobierno de Humberto Canto Echeverría y Ernesto Novelo Torre dieron un gran impulso a la cultura regional en diversos órdenes. En estas administraciones se da gran impulso al Centro Estatal de Bellas Artes, se sostiene de forma regular una orquesta sinfónica y se impulsa la enseñanza de las artes en diferentes academias privadas. En la administración de Novelo Torre nace una de las instituciones más emblemáticas de nuestra tradición cultural: La Orquesta Típica Yucalpetén, creada por el gran músico yucateco Daniel Ayala Pérez. Después de este par de administraciones, el panorama cultural entró en un grave relajamiento, al que sólo el teatro independiente sostuvo con dignidad. La llegada a estas tierras de Virgilio Mariel, y los grupos como La Casona, mantuvieron viva la llama de la cultura en esta tierra del Mayab. Poco a poco, aquella gran tradición cultural, consuetudinaria de Yucatán, así como el “culto público yucateco”, se fueron convirtiendo en una romántica leyenda urbana más. El Teatro Peón Contreras, nuestra catedral de la cultura, cayó en un deterioro de uso, al ser transformado en una lamentable sala de cine popular, y sus niveles superiores, al amparo de la obscuridad de las proyecciones de películas, se volvieron escenario de actos reñidos con la moral. El teatro regional fue otra llamita que mantuvo viva la cultura popular. Un panorama triste, que transformó el centro histórico en un lugar solitario, en el que sólo había actividad en los cafés y las cantinas.

Esta triste condición de inercia sólo era rota esporádicamente. En 1967, Fernando Muñoz y yo, nos propusimos el rescate de la Sala de Conciertos “José Jacinto Cuevas”, totalmente abandonada y en un estado lamentable. Para tal fin, convocamos a poetas, pintores, danzantes, músicos y toda gente que tuviera algún interés en el rescate de esa sala de conciertos o de la cultura en general.

El impulso y la consolidación de la cultura en Yucatán

Se llevó a cabo, con un éxito inusitado, un gran festival multidisciplinario en el Teatro del Seguro Social. La sala se abarrotó totalmente, dando cuenta con ello del hambre de cultura que privaba en nuestra entidad. Se recaudó en taquilla una cantidad significativa. Como la sala “José Jacinto Cuevas” dependía de la Escuela Normal Urbana “Rodolfo Menéndez de la Peña”, cometimos el craso error de entregar íntegro el producto de la taquilla a la directora de esa institución. No se compró para la sala de conciertos ni siquiera una bombilla eléctrica; el dinero se esfumó sin explicación alguna. La única ganancia para nosotros fue una dura experiencia adquirida con ese golpe a nuestro juvenil entusiasmo. Nos sentimos defraudados por aquella autoridad indigna, pero aprendimos la dura lección de que hay que llevar los proyectos hasta sus últimas consecuencias.

Así, nos entra la década de los 70. Un gran entusiasta de la cultura, Eduardo Espinosa Loret de Mola, integra la Sociedad Artística de Yucatán, la cual lleva a cabo una serie de extraordinarios conciertos en el lamentablemente desaparecido Teatro Colonial. Quienes asistimos a ellos tuvimos el privilegio de ver a artistas de talla mundial, como la violinista Luz Vernova; la exquisita bailarina de danza española, Pilar Rioja; los tremendos pianistas, György Sándor y José Kahan; la primera bailarina del Ballet Nacional, Laura Urdapilleta. Junto con la realización de estos conciertos, aparece como cronista del Diario de Yucatán el tenor retirado Anselmo Castillo Ojeda, conocido popularmente como “Chelmi”, cuyas crónicas marcaron una nueva ruta del periodismo cultural en Yucatán. Tristemente, la SAY no se sostuvo y desapareció sin dejar rastros.

El impulso y la consolidación de la cultura en Yucatán

En diciembre de 1971, se da un hecho coyuntural. Cumplía ochenta años la gran pianista acompañante Guadalupe Peraza de Núñez, y su hija, Lupita Núñez, una de las precursoras del ballet en Yucatán, me pide mi complicidad para organizarle una fiesta sorpresa con música. A la reunión concurren los maestros Luis G. Garavito, Carlos Marrufo, Conrado Peniche, José Rubio Milán, Santiago Manzanero, José María Barrera, Eleazar Méndez y otros más. Se armó una agradable tertulia musical, con gran entusiasmo. El espíritu siempre activo de Chelmi, propuso que aquel grupo se reuniera una vez al mes, un domingo, para hacer música, y que cada quien llevara algo de comer. Estas reuniones se llevaron a cabo por dos años.

En 1973, la eterna inquietud de Chelmi le hace concebir un gran proyecto: crear una sociedad coreográfica y cultural que organizara y presentara conciertos, obras de teatro, recitales poéticos y cualquier otra actividad cultural a nuestro alcance, y que estas salieran del ámbito doméstico, que se llevaran a cabo en salas públicas, para que la sociedad en general tuviera acceso a ellas. A las tertulias dominicales se habían unido cantantes, declamadores, actores y otros entusiastas de la cultura. Chelmi propuso integrar una asociación civil, para garantizar la permanencia de las actividades. Convocó a los abogados Javier Alayola y Humberto Cervera, para redactar el acta constitutiva de esta agrupación, a la cual se designó Asociación Artística “Gustavo Río Escalante”. La parte legal y jurídica estaba resuelta. En noviembre de 1973, Chelmi nos convocó al Panteón Florido de esta ciudad, nos paró alrededor de la tumba del maestro Gustavo Río, nos hizo poner de rodillas y jurar por la memoria de Don Gustavo que nos comprometíamos a impulsar la cultura en Yucatán. Aquella fue una ceremonia sumamente emotiva que quedó grabada con fuerza en nuestra memoria. De los convocados aquel día, pervivimos Felipe Serrano y yo, y ambos nos mantenemos en la promesa de seguir impulsando la cultura hasta el fin de nuestros días. Así, con aquella ceremonia, dio inicio el impulso a la cultura en Yucatán.

Continuará…

Ariel Avilés Marín

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