Para hablar del actor y declamador Sergio Cámara Gurbiel, nos permitimos robar unas palabras escritas por el maestro Russell Montañez, quien conoce mejor que nadie la vida y obra de Sergio, en el marco de la celebración de los 50 años de su trayectoria artística:
Hablar de Sergio Cámara Gurbiel es hacer una referencia inevitable a los espacios poéticos de las serenatas de Santa Lucía y de los escenarios con las obras más emblemáticas del repertorio de los grupos teatrales del último tercio del siglo XX. Su voz y presencia han acompañado no solo puestas en escena de los más diversos géneros, sino también espectáculos en prácticamente toda la República. Oír y escuchar a Sergio es sumirse en el universo de la palabra puntualmente bien dicha, y en la interpretación exacta del contexto; es imaginar el paisaje evocativo y descifrar las metáforas lúdicas del poeta. ¡Es “El declamador de Yucatán”!
Nació en Mérida el 1.° de octubre de 1946, iniciando sus estudios de Arte Dramático y Declamación en la Escuela de Teatro del Centro Estatal de Bellas Artes de Yucatán en 1971. En el año de 1979 se convierte en miembro fundador de la Compañía de Teatro del Estado de Yucatán. El 2 de julio de 1982 se inician las tradicionales vaquerías regionales en la parte posterior del Palacio Municipal, donde Sergio es invitado a participar y se vuelve pionero de las mismas (en 1985 estas vaquerías cambian de ubicación a la parte frontal y explanada del mismo edificio). Desde 1987 es declamador oficial de las Serenatas Universitarias en la UADY. Forma parte del elenco artístico de la Dirección de Cultura del Ayuntamiento de Mérida, la Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán, así como del Departamento de Difusión Cultural de la UADY.
Ha recibido innumerables reconocimientos y premios a lo largo de su carrera, entre los que podemos destacar la medalla al “Mérito Artístico” en diciembre del 2000 y la nominación a la presea “Eligio Ancona”, obteniendo un honroso segundo lugar en 2001, mismo año en que presenta su primer disco compacto Voces Profundas Hispanoamericanas para celebrar sus 30 años de carrera artística.
El H. Ayuntamiento de Mérida, junto con el Centro Cultural Carlos Acereto y Los Amigos de la Trova, le confieren el reconocimiento de “Ciudadano Distinguido” en 2004.
El 11 de abril de 2024 recibe el reconocimiento por 50 años de trayectoria artística.
Después de este magnífico preámbulo, comenzamos la entrevista.
No me levanté un día y dije voy a ser actor… sino que sucedió por accidente
“Al ir a Bellas Artes, yo quería tomar clases de pintura, que era algo que me gustaba desde niño y en lo que tenía cierta facilidad, además buscaba algo que me entretuviera y que valiera la pena, que dejara algo positivo. El día que voy, el cupo estaba saturado, y la secretaria —que después se convirtió en una gran amiga mía—, me mostró el programa de teatro, y me habló de su contenido: técnicas y métodos de actuación, historia del teatro, historia del arte, improvisación, había una clase que daba el maestro Luis Pérez Sabido, que además era el subdirector en ese entonces… El programa me interesó y así fue como comencé la carrera de teatro.
“En esta etapa conocí y nació la amistad con el maestro Luis Pérez Sabido, que primero fue mi maestro, luego mi director en la primera obra de teatro en la que participé. Recuerdo que estaba en el casting, y ni siquiera me dejó terminar de leer mis líneas, a los pocos segundos de empezar a hablar me eligió. Esta obra se llamaba Palabras en la Arena, de Antonio Buero Vallejo, y se hizo en aquel entonces con alumnos y maestros de Bellas Artes.
“Después de esta primera obra de teatro siguieron muchas más, con el grupo de teatro de Bellas Artes. Estuve por ejemplo en Los Albañiles, de Vicente Leñero, que fue una obra con bastante reparto”.
La Compañía de Teatro del Estado
“Luis Pérez Sabido, al frente de la Dirección de Acción Social y Cultura del Gobierno del Estado (todavía no existía el Instituto de Cultura y mucho menos la SEDECULTA), estando el doctor Francisco Luna Can como gobernador, decide crear una compañía de teatro, con nombramientos oficiales, sueldos formales, etc. Fui uno de los primeros a los que invita a formar parte de esta compañía; yo en ese entonces trabajaba en una empresa privada, donde llevaba 13 años con responsabilidades administrativas, pero cuando me ofrecieron formar parte de la Compañía de Teatro de Yucatán, acepté de inmediato e inicié mi trabajo ahí en el año de 1971, como coordinador de los grupos artísticos.
“Iniciando en la entidad —ni siquiera había tenido oportunidad de ir a la oficina— nos mandaron de gira con la Orquesta Típica de Yucalpetén, y con el Ballet Folclórico de Yucatán. Fueron 15 días, iniciamos en la Feria de Tabasco, recorrimos varios estados de la República, y llegamos hasta Monterrey. Para mí, ese viaje fue una lluvia de mayo en tiempo de seca.
“Después, fueron muchas, muchas obras de teatro. La sede de la compañía estaba en un salón que se acondicionó —en lo que hoy es la Casa de la Cultura del Mayab y que antes era el Ágora Fonapas— y contaba con un auditorio con escenario.
“La primera obra de teatro que hicimos con la compañía de teatro fue Posdata: tu gato ha muerto, una adaptación de la novela de James Kirkwood que realizó el propio maestro Pérez Sabido. Recuerdo que iba a su casa y, mientras yo iba leyendo en voz alta la novela, él iba escribiendo el argumento para hacer el guión de la obra de teatro.
“Esta obra la recuerdo con especial cariño, porque fue de mis primeros papeles protagónicos y la presentamos en la Muestra Nacional de Teatro en Aguascalientes, donde fuimos seleccionados entre los 10 mejores grupos de teatro en provincia, razón por la que nos invitaron a presentar la obra en la Ciudad de México”.
La declamación: solos tú y tu memoria
“Tres años después de emprender en el teatro, comienzo a declamar. Han sido más de 20 años haciendo teatro, pero con interrupciones, porque por motivos personales me tuve que retirar un tiempo de la compañía. Sin embargo, la declamación sí ha sido sin parar.
“Inicié en declamación a invitación del profesor de Bellas Artes, Eduardo Arana Bustillos, con quien cada tres meses teníamos un recital en el Salón de la Danza, donde evaluaba nuestro aprendizaje. Recién iniciando, me mandaron a declamar en las Serenatas de Santa Lucía; yo le tenía pavor al micrófono, porque todo lo hacíamos de viva voz. Además, en declamación no tenemos apuntador, como en el teatro. Eres sólo tú y tu memoria. Pero fue una experiencia increíble y, desde entonces, no he dejado de declamar».
50 años sobre el escenario
“Lo único que puedo decir, es que jamás imaginé llegar a los 50 años de trayectoria artística. Aunque dejé un tiempo el teatro, jamás en 50 años me he bajado del escenario, haciendo giras con grupos de arte del estado o del ayuntamiento, o con universidades”.
Mi regreso al teatro
“El año pasado, por invitación de Juan Ramón Góngora, regresé al teatro, estrenando la obra Obituario, de Guillermo Schmidhuber de la Mora, en la Sala Audiovisual del Centro Cultural Olimpo. Estos fueron los inicios de mis festejos de 50 años sobre el escenario. Esta obra la hemos logrado sacar adelante con los ingresos de la propia taquilla.
“En la puesta en escena estuvo presente el autor, se mostró muy contento y nos comentó que, aunque había visto en escena su obra antes, ninguna le había dado tanta satisfacción como esta.
“Para mí esta obra fue un gran reto, primero porque llevaba mucho tiempo sin hacer teatro, y segundo, porque éramos sólo dos actores en escena, con parlamentos muy extensos, con la dificultad que conlleva memorizar todo esto y las largas horas de ensayo.
“La obra tuvo muy buena aceptación en sus cuatro presentaciones, en agosto y en septiembre del año pasado, y dos funciones ahora en abril. Es muy posible que se ponga nuevamente en escena más adelante”.
Sensibilizar a los jóvenes en el arte
“Creo que esto debe de empezar desde las escuelas, tanto en secundaria como en preparatoria. Es importante sensibilizar a los jóvenes en el arte. En el Tecnológico de Mérida, por ejemplo, todos los muchachos que estudian una carrera tienen que tomar una de las cuatro disciplinas artísticas que existen, ya sea teatro, danza, música o artes visuales. Otro ejemplo es el CEDART, el Centro de Educación Artística, donde egresas con un certificado de instructor en la disciplina que hayas cursado, igual en las cuatro disciplinas que mencionamos. También está el CECUNY, el Centro Cultural del Niño Yucateco, que es como un pequeño Bellas Artes con varias disciplinas. Ahora ya tenemos una Universidad de las Artes de Yucatán, UNAY, donde egresas incluso con una licenciatura. En este campo hemos avanzado bastante; cuando yo estudié teatro no había nada de esto.
“También es importante que, cuando haya una puesta en escena, se invite a las escuelas al teatro, me atrevo a decir que hasta a los niños de primaria, para que sepan lo que es el teatro y tengan un contacto con el arte”.
“Sergio Cámara Gurbiel es un ícono. Es “El declamador” y, con todo respeto, me atrevo a decir que después de él no va a haber nadie más a esa altura. Sergio Cámara ha dado un ejemplo muy claro: hay que ser grande; pero hay que ser grande con sencillez. Es un gran amigo, de quien me siento orgulloso y agradecido, pues fue quien en su momento me dio una patada para tomar acción y convertir mis sueños en realidad”.
-Maestro Russell Montañez