200 fotografías… 200 historias de vida de los locatarios del Lucas de Gálvez, de la familia que se ha formado en el mercado, donde todos tienen un lugar, donde todos comparten y se conocen. Las fotografías de Pim Schalkwijk son una mirada a las tradiciones, la historia, las costumbres y la cotidianidad de Yucatán, desde su esencia misma: sus mercados.
Al entrevistarlo, el fotógrafo nos cuenta la historia detrás de cada imagen, detrás de cada individuo que conoce y menciona con nombre y apellido. Así, nos habla de don Fili y de su ilusión de “cantar” las noticias en el mercado, anunciando nuevos productos, voceando ofertas o noticias de visitantes y locatarios. Nos cuenta de Ángel Ramón, el de los pescados; de María Luisa y su colección de figuras religiosas; de Alexis y Gibrán, raperos capaces de improvisar cualquier cosa; de José Alberto Cervera, el restaurador; de don Ruli y sus cocos; de Francisco Daniel, el mariachi que interpreta Peregrina; de doña Manuela, la peluquera, donde él mismo se hizo el corte.
También, nos habla de la anécdota que le contó Mario Humberto, un abarrotero que lleva más de 60 años trabajando en el mercado: Él, recuerda a su propio padre relatar cómo en la explanada junto al mercado solían montar el Circo Unión y cómo durante una función de circo se escapó un león para ponerse a correr por los pasillos del mercado, obligando a todo el mundo a huir y cerrar sus puestos. Todo eso se vive en el mercado, lo surreal, lo cotidiano.
El amor por la fotografía: desde su padre
Nacido en la ciudad de México, hijo de quien fuera directora de teatro, Nina Lincoln, y del reconocido fotógrafo neerlandés Bob Schalkwijk, Pim nos cuenta cómo trabajó con su padre desde los 14 años de edad, de quien recibió la primera cámara que tuvo a cambio de trabajar, limpiar y barrer el estudio. “Así, poco a poco me fui involucrando en su estudio y en su trabajo”. Aunque estudió Administración Hotelera, nunca dejó la fotografía, que siempre fue parte de su expresión, y que continuó trabajando con su padre, tanto en su estudio como en el campo.
“Uno de los trabajos más importantes donde ayudé a mi papá fue con los murales de Diego Rivera en el edificio de la SEP y en Palacio Nacional. Salíamos de estudiar y varios de mis hermanos y yo acompañábamos a mi papá y trabajábamos de 6 de la tarde a 3 o 4 de la mañana. También, mi papá me recomendaba con otros fotógrafos para ser su asistente, y por eso siempre estuve inmerso en el mundo de la fotografía.
“En mi trabajo artístico, muchas veces se ve también la influencia de mi mamá, que era directora de teatro, con quien participé en muchas obras, como El Rey Arturo, donde hacíamos nuestras propias escenografías. Mucho de esto se refleja en la museografía de mis exhibiciones”.
Al terminar la carrera, Pim tuvo una empresa de turismo de aventura y se enfocó en realizar artículos de estos viajes desde un punto de vista antropológico, sobre la Sierra Tarahumara, sobre las danzas en Oaxaca, de los kayaks en Baja California, etc. “Los viajes en sí no me representaban nada económicamente y me recuperaba con el trabajo fotográfico y mis artículos en las revistas. Realmente todo siempre fue a base de fotos, entonces cuando tenía 23 o 24 años, decidí dedicarme completamente a mis fotografías, viajando solo, conversando e interactuando con la gente de los distintos lugares que visitaba”.
Una visión antropológica de Yucatán
Pim se encuentra desde hace 18 años en Mérida, donde su primer trabajo fue un libro de artesanías del Estado de Yucatán, para Fomento Cultural Banamex.
“Una de las líneas que sigo de manera recurrente, aunque no es la única, es la antropológica. También tengo una pequeña obsesión por el color, a veces hago trabajos abstractos, para poder mostrar el color. Tuve una exposición que se llamó Paisajes Marinos de Yucatán, que consiste en barridos fotográficos donde lo único que se ve son rayas de colores de diferentes playas de Yucatán, como Yucalpetén, las Coloradas o Alacranes”.
México está en sus mercados
“Mi exposición anterior fue también sobre Yucatán, a través de los productos que se encuentran en el Mercado Lucas de Gálvez. Tomé fotografías, a la misma distancia, de 54 puestos, que son como pequeñas cajas de teatro, con su escenografía, sus actores y el público, que somos nosotros. En cada uno de estos escenarios, puedes ver los productos y conocer un poco de los usos y costumbres de Yucatán. Como decía Pablo Neruda: México está en sus mercados”.
En la Universidad de las Artes de Yucatán, en la antigua estación de trenes, Pim expuso fotografías de 3 por 2 metros, donde el espacio le permitió transmitir en gran formato un preámbulo de la exposición que actualmente está en el Museo Palacio Cantón.
“También realicé otro proyecto donde construí un laberinto con telas y, al caminar por el laberinto, podías ver a Yucatán. En esas fotos salían muy poco los locatarios y por eso me quedé con ganas de hacer un trabajo más cercano a ellos, que están ahí todos los días. Quería hacerlos vibrar.”
U´ulab: visitante en el Mercado Lucas de Gálvez
U´ulab, en lengua maya significa visitante o huésped, y fue lo que hizo Pim, con su mirada de artista, al acondicionar un estudio fotográfico temporal, rentar una bodega del mercado y construir un ciclorama, para luego invitar a los locatarios a que fueran al estudio y se hicieran un retrato, reflejando su trabajo diario, su vida en el mercado. A manera de intercambio, el artista le regaló a cada uno de ellos su foto enmarcada.
“Quise sacar a las personas de su local y meterlos a mi estudio, para que visualmente estuviera más limpia la imagen y nos pudiéramos enfocar más en la persona. Les pedí que trajeran alguno de sus productos que los identificara más dentro del mercado.
“Desde el día uno que llegué a Mérida fui al Lucas de Gálvez. Así pude conocer a muchos locatarios, porque tiene que haber una interacción con la persona que estás fotografiando, es un diálogo. Hice amigos, desayunaba en el mercado, comía ahí con ellos, me cortaba el pelo con ellos, y poco a poco me fueron conociendo. Estuve de 10 de la mañana a 5 de la tarde, de lunes a sábado, durante 5 meses, para conocerlos y que me conocieran. El mercado es increíble, es como una gran familia muy arraigada, donde todos se conocen”.
El fotógrafo también invitó a otros artistas a visitar el estudio y el mercado, a quienes les pidió comprar algo (en el mercado) con lo que se identificaran y también invitó al público en general, para conocer un poco de Yucatán, a través de las historias y experiencias de los locatarios.
La exposición U´ulab: visitante en el Mercado Lucas de Gálvez, se encuentra actualmente en el Museo Palacio Cantón, donde estará disponible hasta diciembre de este año.
200 fotografías… 200 historias de vida de los locatarios del Lucas de Gálvez, donde todos tienen un lugar, donde todos comparten y se conocen. Las fotografías de Pim Schalkwijk son una mirada a las tradiciones de Yucatán desde su esencia misma: sus mercados.
Instagram: @pimfotografo