Elena Martínez Bolio en el Museo de Ciudad
El pasado mes de diciembre tuve el gran gusto de platicar con Elena Martínez Bolio sobre dos grandes exposiciones que estaba preparando: “Indumentum” y “Modistas, magas y esculturas”.
Elena nos explicaba con gran entusiasmo en una publicación anterior,(1) como “Indumentum” se trata de una “exposición de toda la ropa de 1890 hasta nuestros días, así como sus accesorios, como sombreros, guantes, zapatos, bolsos, lencería, trajes de baño, accesorios de casa. Se trata de ropa hecha por modistas, pero también de ropa comprada en viajes donde la marca iba asomando del otro continente hasta nosotros, traídas desde distintas partes del mundo”.
Por otro lado, en “Modistas, Magas y Esculturas”, Elena elogia a once modistas de la usanza anterior, al decir que “la modista se volvía una maga, una escultura del cuerpo y una tremenda cómplice de nuestros secretos”.
La exposición ya es una realidad, y tuvimos el enorme placer de visitarla en las salas del Museo de la Ciudad para transportarnos a otras épocas de la mano de Elena, quien nos hizo el recorrido y explicación de la exposición, que estará disponible hasta principios del mes de julio de este año.
Exposición viva en el Museo de la Ciudad: el recorrido inicia con dos piezas maravillosas
“Este vestido es de 1905, es el vestido más antiguo de la exposición, los zapatos son de 1809, eran de mi abuela. El vestido me lo facilita Alejandra Díaz de Cosío, una buena amiga. Es un vestido de tres piezas, de novia, que pertenecía a la abuela de Alejandra. El ramo de migajón de pan es de otra de las modistas. Así armamos este ensamble.
“Lamentablemente no podemos sacarlo de la vitrina y tocarlo, por su antigüedad. El protocolo nos dice que lo más que puede estar en exhibición una prenda en vertical son seis meses, que es el tiempo que vamos a estar en esta exposición”.
“Este vestido es de Dolores Hernández Morales, madre del periodista Jorge Saldaña. Su nieta, Sylvia Saldaña es promotora cultural aquí en Yucatán, y amablemente nos prestó el vestido para la exposición. Dolores se casa en plena guerra Cristera, en un oficio clandestino en su casa. Es un vestido corto, con medias blancas, propio de la época. Ella muere a muy avanzada edad, con 115 años. Fue de las primeras mujeres en estudiar una carrera y además de su profesión de química, se dedicó a dar clases”.
INDUMENTUM: prendas dignas de un museo
“La intención de Indumentum es saber por qué hay prendas que hoy pertenecen a un museo, mientras que hay otras que nunca lo van a estar”.
Con gran entusiasmo, Elena nos habla del contexto histórico de las prendas, de los tipos de puntadas, bordados, tejidos, sombras, rejillas, patrones, telas y botones, de las tradiciones de cada época a la que representan. Prendas que ella fue rescatando, recibiendo de diversos amigos, familiares y conocidos. Prendas que fueron hechas por ella misma, por su madre, por su abuela, por su bisabuela o por sus tías.
Entre las prendas, accesorios y calzado, hay piezas sacramentales, vestidos de novia, trajes de lana, de invierno, bañadores, fajas de maternidad, ropa de grandes personajes, como el vestido de comunión de la escritora Elena Urrutia —suegra de Raquel Araujo, quien prestó el vestido junto con otras prendas de su colección—, un Christian Dior de 1951, prendas italianas, canadienses, prendas adaptadas de las que utilizaban figuras como Marilyn Monroe o inspiradas en dibujos de artistas, como Piet Mondrian, pues los artistas —nos comenta Elena— siempre influían en la moda.
Hay vestidos de modistas, vestidos de barrio, vestidos de marca, vestidos hechos en casa. Prendas de todo tipo de tela, algunas de piel artificial, otras de piel real, como de conejo.
Modistas, Magas y Esculturas
A través de los espacios del Museo de la Ciudad, acompañados de mobiliario y objetos de las distintas épocas, Elena nos habla de la obra de cada una de las modistas elogiadas en la exposición. “Lo que busco con la exposición es elogiar a estas 11 modistas, pero también hacer una reflexión de que el primer contaminante en el mundo es la industria de la moda y que nos estamos perdiendo los procesos… ya ni siquiera nos queremos probar la ropa antes de comprarla.
“Ambientamos cada uno de los espacios, cuidamos mucho los detalles —nos explica Elena—, estas fueron grandes modistas, que lo hacían todo a mano, pues antes el arreglar una prenda, el zurcirla… hablaba del amor”.
(1) https://culturayucatanac.com.mx/las-modistas-magas-o-escultoras/